IRENE BALLESTEROS.- “Mi mente, mi mundo” no es una novela pesimista ni deprimente. Es una historia que refleja que la salud mental sigue siendo una asignatura pendiente y un tema, por desgracia, candente en la sociedad. Es una historia que invita a superar obstáculos y a aprender a vivir con los pies en el suelo siendo conscientes de la existencia de las enfermedades mentales y de las consecuencias desastrosas que tienen en la vida de las personas. Su autora, Silvia Panés, enfermera con 35 años de experiencia en esta profesión, después de haber pasado por servicios de urgencias, hospitales, también por Atención Primaria y por diferentes experiencias en plantas de psiquiatría, y siendo especialista en Enfermería Geriátrica, decidió que hablar de salud mental es imprescindible, y que hacerlo a través de la literatura era la mejor opción, por ello se embarcó en este proyecto para “poder aportar mi granito de arena ante esta gran epidemia de enfermedades mentales que nos azota, principalmente en nuestros jóvenes y adolescentes”, afirma. Por ello, todos los pacientes que aparecen entre las líneas de esta novela son o han sido reales, pues esta enfermera ha querido plasmar su experiencia vital para concienciar sobre la importancia de la prevención en salud mental.
En esta novela la introspección, el autoconocimiento y la fuerza interior cobran especial importancia y se centran en uno de los desórdenes emocionales más frecuentes, la depresión. Elisa, la protagonista, relata su experiencia personal donde termina ingresada en una planta de psiquiatría. Allí conocerá a otros pacientes, cada uno con su historia de vida y su diagnóstico definido. Panés, como madre y abuela reconoce que el detonante para comenzar esta historia fue cuando su hija le contó que, “en la escuela de mi nieta, que ahora tiene doce años, una niña intentó suicidarse. Últimamente se dan muchos casos de intento de suicidios en adolescentes por casos de bullying o depresiones. Esto me preocupa como madre, abuela y como enfermera”, continúa.
“Mi mente, mi mundo” alude a la importancia de visibilizar y prestar atención a la salud mental, que sigue siendo la asignatura pendiente donde la enfermería juega un papel trascendental. “La salud física y mental van cogidas de la mano y juntas deben encontrar el equilibrio, por lo tanto, la enfermera, tenga la especialización que tenga, debe tener esto claro, lo malo es la carga asistencial que llevamos encima y el poco tiempo que podemos dedicar a nuestros pacientes, pero eso ya es otro tema…”, concluye esta escritora.