RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Son muchos los mitos y leyendas en torno al cuidado de las heridas, algunos de ellos extendidos entre la población general y no pocos entre los propios profesionales. Uno de ellos es el uso tópico de determinados productos alimenticios como son el azúcar y la miel. Este ha sido uno de los temas sobre la mesa durante la celebración del XIV Simposio Nacional sobre úlceras por presión y heridas crónicas celebrado del 24 al 26 de mayo en Burgos, un encuentro científico organizado por GNEAUPP con la colaboración del Consejo General de Enfermería.

Miel y azúcar

Con respecto al uso tópico de alimentos como la miel y el azúcar, el enfermero Pablo López Casanova, del Centro de Salud de Onil en Alicante, ha explicado cómo “la Agencia del Medicamento en su legislación de productos sanitarios dice claramente que no está permitido el uso de alimentos en el cuidado de las heridas. Eso se considera experimentación en los pacientes y obviamente está prohibido”. Sin embargo, reconoce que “todavía hay profesionales que lo siguen haciendo” y hay que desterrar estas prácticas.

El uso de productos alimenticios no está exento de riesgos en su uso tópico y es que se desconoce el origen y su posible contaminación, por ello, “necesitamos productos que cumplan la normativa”. En este sentido, hay compañías que han desarrollado productos sanitarios a partir de alimentos como son precisamente la miel y el azúcar, productos, estos sí, que pueden emplearse en las curas. Es también el caso del aceite de oliva, otro alimento tradicionalmente utilizado sobre la piel, y a partir del cual los laboratorios han elaborado productos sanitarios dermatológico, algunos de los cuales pueden utilizarse incluso en heridas abiertas.

Jabón Lagarto

Errores frecuentes son también los asociados a la utilización de jabones caseros y del jabón Lagarto en la limpieza de heridas. En el caso de los primeros el problema reside en que se desconoce la concentración de sosa caústica y esta puede ser perjudicial para las pieles de riesgo. “Debemos tener en cuenta el ph de la piel y que el jabón sea adecuado. En los jabones caseros no podemos asegurarlo y en el del jabón Lagarto directamente no cumple”, subraya López Casanova.

Cómo limpiar una herida

En cuanto a cómo limpiar una herida que no sea grave en el entorno del hogar, si con agua o agua y jabón, este enfermero subraya que “el agua del grifo, el agua destilada y el suero fisiológico tienen los mismos efectos en la cicatrización y la evitación de la infección y ninguno es mejor que otro. Así lo puso de manifiesto una revisión de la Cochrane”. Y en cuanto al uso del jabón, señala que si se recurre a él “debe ser un jabón específico para heridas”. Y en cualquier caso, asegura que “somos una maquinaria perfecta, estamos hechos para que las heridas se cierren y si no intervenimos se curarán solas”.