ÁNGEL M. GREGORIS.- Aproximadamente un 15% de los nuevos diagnósticos de VIH desde 2013 pertenecen a mujeres, tal y como se desprende del último documento de Vigilancia Epidemiológica del VIH y SIDA en España 2020, publicado por el Ministerio de Sanidad.

En 2020 (año del confinamiento), por ejemplo, fueron 303 casos de mujeres frente a los 1.622 de hombres. Doce meses antes, en 2019, las mujeres diagnosticadas fueron 440 y los hombres 2.824. Una tendencia que se lleva manteniendo así desde que refleja los datos el documento y que varía anualmente tan solo en algunos decimales.

Muchas veces, por el desconocimiento de la patología y por el estigma asociado a la misma, cuando llega la noticia, todo se desbarajusta para ellas. Conseguir una buena adherencia al tratamiento es fundamental para mejorar su calidad de vida y cronificar la enfermedad. Este es uno de los objetivos de la campaña VIH con cuidado(s) del Consejo General de Enfermería, que, con la colaboración de Gilead, busca dar a conocer la realidad de estas personas y ayudar a los profesionales y a los pacientes para que mantengan el tratamiento y afronten la enfermedad de la mejor manera posible, siempre cerca de una enfermera referente.

Transmisión heterosexual

En el caso de las mujeres, la transmisión heterosexual constituye la gran mayoría, siendo el 80,5% de los nuevos diagnósticos. En definitiva, la infección se produce por mantener relaciones sexuales sin protección con un hombre VIH positivo.

“Lo que hacemos es un seguimiento de las pacientes, de control de la adherencia tanto en el hospital como en el domicilio con determinadas personas”, explica Isabel Navarro, enfermera de la Unidad VIH del Hospital Gregorio Marañón (Madrid).

Hay mujeres que acuden al hospital por otros problemas y es ahí cuando se les diagnostica. Ellas, las enfermeras de la Unidad, tienen un papel clave a la hora de educar, apoyar y resolver cualquier duda. “Depende mucho de cómo sean los diagnósticos y por qué vía vengan. Está la transmisión cuya vía es la pareja, pero también tenemos casos de transmisión vertical de madres a hijas. En la primera, suele haber un sentimiento de rabia y de impotencia porque muchas veces llega por una mala práctica de ellos, por desconocimiento o porque no se les ha comunicado antes de mantener relaciones. También existen infecciones por llevar a cabo prácticas de riesgo propio como el consumo de drogas”, apunta Navarro.

Verbalizar esta realidad

Es en la manera de contraer el virus donde existe más estigma y donde las mujeres sienten mayor rechazo a la hora de verbalizar esta realidad. “No creo que en el estigma haya una diferencia entre ser mujer u hombre, pero sí en la forma de infectarse”, puntualiza la enfermera.

En cuanto a la adherencia, tanto ella como su compañera Paloma Martín deben realizar una profunda educación entre la sociedad y mucho más entre aquellas mujeres que deben tomarse los fármacos prescritos. “Tenemos que explicar la importancia de los tratamientos y ellas suelen tener mayor complicidad con nosotras que con cualquier otro profesional. Les explicamos todo y les orientamos”, subraya.

Paloma Martín lo tiene claro: “Nuestro objetivo es la adherencia, adherencia y adherencia a los tratamientos, que no abandonen, que se den cuenta de que han de tomarlos, que esto es algo crónico y es un tratamiento de por vida”.

Quitarles la ansiedad

En una primera consulta, la enfermera intenta quitarles la ansiedad, los miedos y los tabúes, “porque todavía existen muchos a día de hoy”. “Hay tratamientos maravillosos y deben saberlos, entonces, tenemos que conseguir que se sigan unas pautas para cronificar la enfermedad, que se vaya a las analíticas y a las pruebas que existan.

¿Y qué ocurre si la mujer quiere quedarse embarazada? Este es un tema a tratar con los especialistas. Con los tratamientos actuales, es posible evitar la infección de madres a hijos y así lo revelan las enfermeras. “Desde hace varios años, hemos conseguido que todos nuestros niños nazcan sanos. Tenemos que conseguir una adherencia perfecta durante el embarazo. Con aquellas mujeres que no lo siguen de esa manera, lo que se hace es ingresarlas para darles el tratamiento durante los nueve meses de forma que su carga viral sea indetectable y en el momento de tener al bebé, este nazca bien”, profundiza Paloma Martín.

Lo ideal es que la mujer avise de su intención de quedarse embarazada para que en el hospital se le haga una analítica para comprobar si es el momento o hay que esperar un poco, cambiando el tratamiento y buscando la solución. “Cuando tienen una carga indetectable es el momento de que se queden embarazadas”, comenta la enfermera.

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