ÁNGEL M. GREGORIS.- Alrededor de 1.100 niños de 0 a 14 años son diagnosticados de cáncer cada año en España. Tras conocerlo, ellos y sus familias deben afrontar una realidad que les cambiará la vida durante y después del proceso. “Es un camino muy largo, lo primero que tienen que hacer es procesar la enfermedad, saber que están en buenas manos y tienen que ir recibiendo la información de forma progresiva, dependiendo de sus necesidades. Hay veces que necesitan saber más y otras que necesitan que seamos mucho más respetuosos con su estado anímico”, explica Pilar Herreros, supervisora de Onco-Hematología del Hospital Niño Jesús (Madrid).

Tener un apoyo constante y saber que pueden recurrir a profesionales en todo momento es imprescindible para superar la enfermedad de la mejor manera posible. “El cáncer infantil no es sólo en el paciente, sino en todo el entorno que le rodea, padres, hermanos… El cáncer infantil es un cáncer familiar. Nosotros como referente asistencial más cercano tenemos que transmitirles seguridad, confianza y profesionalidad”, apunta Herreros.

Además, destaca que la función más importante de la enfermería es cuidar. “No sólo hay que curar, sino que tenemos que cuidar. Cuidamos de él, cuidamos que el tiempo que permanezca allí sea lo más confortable posible, cuidamos que se minimicen los tiempos de espera, que estén ingresados con niños de su misma edad, y, en definitiva, cuidamos todas esas cosas que hacen que el tiempo que hayan estado en el hospital sea lo más agradable para ellos”.

Otro de los grandes retos para las enfermeras y para las familias es abordar la enfermedad con los más pequeños. Ocultárselo y tenerlo como un tema tabú no suele ser la mejor opción en la mayoría de ocasiones. “Los niños tienen que saberlo y es necesario que las enfermeras les demos la información adecuada según su edad”, puntualiza Herreros.

Aunque según los últimos datos del Registro Nacional de Tumores Infantiles la supervivencia de los niños diagnosticados a los cinco años es del 75%, el tratamiento puede salir mal. En un momento así, las enfermeras deben seguir dando todo su apoyo a los padres porque “creamos un vínculo muy intenso cuando están ingresados y tienen que transmitirnos sus miedos, sus dudas…”

Estar con las familias, no perder la compostura y saber ayudarlas en su día a día es el objetivo de las enfermeras que trabajan en oncología pediátrica. “Es un mundo que te invade, si no puedes trabajar aquí, te das cuenta en 15 días. A mí, por ejemplo, cuidar de estas familias me aporta enriquecimiento personal cada día porque nosotros recibimos mucho más de ellos de lo que podemos dar nosotros”.

A pesar de los avances y de que cada vez la supervivencia es mayor, con motivo del Día Internacional del Niño con Cáncer, es necesario seguir concienciando a la población y a las instituciones de la importancia de apostar por la investigación.