RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- “Existe una fragmentación de los cuidados”. Con estas palabras, Juan José Tirado, presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova), critica los problemas de nuestro sistema sanitario para garantizar la continuidad asistencial en el domicilio. Este es un problema, asegura, que arrastramos desde hace años y al que no se ha puesto solución debido a la “visión cortoplacista del sistema que tienen nuestros políticos”. Sin embargo, la situación exige “enfocar esto como una realidad y un problema que tenemos. Hace muchos años que necesitamos un cambio en el modelo de atención social y sanitaria pero, asegura, lo que se ha hecho es “ir poniendo parches”, sin atajar el problema de raíz y dando lugar que “muchas veces falten recursos que, a veces, sí se tienen. Las enfermeras buscamos siempre la continuidad de los cuidados y eso se requiere colaborando con la familia, con los cuidadores formales e informales y con la sociedad en general, cambiando el sistema y potenciando el autocuidado y no medicalizándolo tanto, con el gran coste que esto tiene”.

En esta misma línea, José Ramón Martínez Riera, presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), asegura que “la coordinación de la atención tanto con el hospital como con el ámbito sociosanitario es imprescindible”. “No tiene ningún sentido que en la actualidad de manera normativa y legal se exija que se le dé a toda persona que está ingresada el alta médica y, sin embargo, no se esté exigiendo un informe de enfermería al alta o que se esté propiciando un informe de enfermería al ingreso”, añade Riera.

En este sentido, Riera se remite a experiencias que ya se han realizado para garantizar la continuidad asistencial y cuyos resultados ponen de manifiesto los beneficios de apostar por estos modelos. El presidente de la AEC se remite a una concreta en la que él mismo participó como director de enfermería: “los resultados fueron excelentes. De un lado, se propiciaba el conocimiento de los profesionales de los diferentes ámbitos de gestión y, por otro, se disminuía el gasto ya que se generaba una mayor tranquilidad en las familias, que se veían más protegidas desde el mismo momento en el que el paciente recibía el alta y se incorporaba en el domicilio”. “Todos estos elementos -concluye- se tienen que ir coordinando, también con el ámbito sociosanitario a través de figuras referentes como especialistas de geriatría y gerontología que actúen de enlace con Atención Primaria. Estos elementos son clave para que el modelo funcione y, por lo tanto, se tienen que ir configurando en base a una planificación seria y rigurosa que lideren las enfermeras”.