MARINA VIEIRA.- El síndrome burnout se conoce como “la respuesta de estrés crónico que emite un sujeto relacionado con el trabajo en un intento por adaptarse o protegerse de ello” tal y como definen los psiquiatras Javier García Campayo y Jesús Montero-Marín. A pesar de que dicho síndrome normalmente se ha asociado a personal sanitario o a personas que trabajan en servicios cara al público, actualmente se está extendiendo a otros perfiles. Uno de los colectivos más afectados hoy en día por este síndrome son las amas de casa.

Dos enfermeras españolas se han encargado de adaptar un cuestionario elaborado en México para detectar esta patología en amas de casa en las mismas condiciones en las mujeres de nuestro país. “El burnout puede estar presente en personas de cualquier colectivo, aunque sí que es cierto que hay determinados gremios que son más propensos a sufrirlo y que han sido ampliamente estudiados. El síndrome del quemado se puede explicar mediante tres dimensiones: el cansancio emocional, la despersonalización y la falta de realización personal. El trabajo de ama de casa se caracteriza por varios factores que pueden provocar grandes sentimientos de inferioridad y desmotivación, llevando al cansancio emocional y a la despersonalización, y finalmente mostrarse la falta de autorrealización sobre todo en personas con una cualificación y unas expectativas de trabajo elevadas.  Para mujeres acostumbradas a una vida social, un trabajo remunerado y una independencia económica, dedicarse únicamente a realizar las tareas del hogar puede suponer una despersonalización y una pérdida de entusiasmo importante” introduce Andrea Cuervas Mons-Tejedor, enfermera de Salud Mental y  una de las profesionales que han realizado el estudio.

 “Desde el primer momento nos resultó atractiva la existencia de un cuestionario centrado en las grandes olvidadas, las amas de casa”-cuenta Cuervas-“además, considerábamos muy llamativa la cantidad de gente joven, bien preparada que por encontrarse en el paro se dedicaba a las tareas del hogar. Todo ello nos llevó a considerar a este colectivo como un grupo muy significativo, y nos pareció conveniente determinar la calidad de las propiedades psicométricas del Cuestionario de Burnout para Amas de Casa (CUBAC)” expone Cuervas.

El estudio, publicado en el último número de la revista Metas de enfermería, se ha desarrollado en varias fases: un primer momento de adaptación semántica del cuestionario para que los términos utilizados en él sean comprendidos de manera sencilla por los pacientes españoles y una segunda fase – más específica- en la que se evaluó una muestra de mujeres de doce Comunidades Autónomas. Esta muestra incluía mujeres de 18 a 65 años, con el único criterio de que no estuviesen realizando ningún trabajo remunerado, en ella se incluyó un total de 130 mujeres.

Resultados

Los resultados obtenidos en este estudio de adaptación del cuestionario mexicano ponen de manifiesto la necesidad de adaptar el cuestionario CUBAC para amas de casa a las amas de casa españolas. “Mediante este cuestionario podríamos detectar la existencia del síndrome en amas de casa para posteriormente tratarlo, obteniendo una mejora sustancial en la calidad de vida de estas personas. Del mismo modo, con una aplicación del cuestionario tras la intervención, se podría determinar la eficacia o ineficacia de dichas intervenciones. Es importante la adaptación que González y Landero hicieron a partir del Cuestionario Breve de Burnout ya que las características de este colectivo son muy diferentes al resto” expone la enfermera especialista en Salud Mental.

El síndrome burnout no está reconocido como tal en el “Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Sin embargo, tal y cómo resaltan las enfermeras en el estudio, es importante tenerlo presente, estudiarlo y segmentarlo porque la presencia de pacientes con esta patología en las consultas de enfermería es elevada. “El problema es que el síndrome de burnout puede presentarse como una serie de síntomas muy inespecíficos como cefaleas, ansiedad, insomnio o molestias gastrointestinales” especifica la enfermera Cuervas. Por lo que  el papel de enfermería es fundamental a la hora de detectar este tipo de problemas “ya que tenemos un contacto directo con los pacientes y podemos dedicar tiempo suficiente a explorar estos síntomas indeterminados que nos están queriendo informar de que algo no va bien de manera indirecta” concluye Andrea Cuervas Mons-Tejedor.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

La enfermería en Salud Mental avanza en el desarrollo de sus cuidados

 

Enfermeros debaten en Cádiz sobre los avances y retos de la especialidad en Salud Mental