EUROPA PRESS.- Las complicaciones neurológicas del COVID-19 pueden incluir delirio, inflamación cerebral, accidente cerebrovascular y daño nervioso, según un nuevo estudio dirigido por el University College de Londres (UCL) y University College London Hospitals NHS Foundation Trust (UCLH) que publica la revista Brain.
El equipo de investigación identificó una afección inflamatoria rara y a veces mortal, la encefalomielitis diseminada aguda, conocida como ADEM, que parece estar aumentando en prevalencia debido a la pandemia. Algunos pacientes en el estudio no experimentaron síntomas respiratorios graves, y el trastorno neurológico fue la primera y principal presentación de Covid-19.
El doctor Michael Zandi, autor principal conjunto, explica que identificaron «un número mayor de lo esperado de personas con afecciones neurológicas como inflamación cerebral, que no siempre se correlacionó con la gravedad de síntomas respiratorios».
«Deberíamos estar atentos y estar atentos a estas complicaciones en las personas que han tenido COVID-19 –añade–. Aun está por ver si habrá una epidemia a gran escala de daños cerebrales relacionados con la pandemia, tal vez similar al brote de encefalitis letárgica en los años 1920 y 1930 después de la pandemia de gripe de 1918».
El estudio proporciona una descripción detallada de los síntomas neurológicos de 43 personas (entre 16 y 85 años) tratadas en el Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía (UCLH), que habían confirmado o sospechado COVID-19.
Los investigadores identificaron 10 casos de encefalopatías transitorias (disfunción cerebral temporal) con delirio, que corresponde con otros estudios que encuentran evidencia de delirio con agitación. También hubo 12 casos de inflamación cerebral, ocho casos de accidentes cerebrovasculares y otros ocho con daño nervioso, principalmente síndrome de Guillain-Barré (que generalmente ocurre después de una infección respiratoria o gastrointestinal).
La mayoría (nueve de 12 casos) de aquellos con afecciones de inflamación cerebral fueron diagnosticados con encefalomielitis diseminada aguda, que es rara y generalmente se observa en niños y puede desencadenarse por infecciones virales. El equipo en Londres normalmente atiende a un paciente adulto con ADEM por mes, pero eso aumentó a al menos uno por semana durante el período de estudio, lo que según los investigadores es un aumento preocupante.
El virus que causa el COVID-19, SARS-CoV-2, no se detectó en el líquido cefalorraquídeo cerebral de ninguno de los pacientes analizados, lo que sugiere que el virus no atacó directamente al cerebro para causar la enfermedad neurológica. Se necesita más investigación para identificar por qué los pacientes estaban desarrollando estas complicaciones.
En algunos pacientes, los investigadores encontraron evidencia de que la inflamación cerebral probablemente fue causada por una respuesta inmune a la enfermedad, lo que sugiere que algunas complicaciones neurológicas de COVID-19 podrían provenir de la respuesta inmune en lugar del virus en sí.
Los hallazgos agregan descripciones clínicas y detalles a otro estudio reciente, en el que también participaron el doctor Zandi y el coautor doctor Hadi Manji, del UCL Queen Square Institute of Neurology, que identificó a 153 personas con complicaciones neurológicas de COVID-19.
Confirmación de hallazgos previos
Este documento también confirma los hallazgos previamente reportados de un número mayor de lo esperado de pacientes con accidente cerebrovascular que resulta de la excesiva adherencia de la sangre en pacientes con COVID-19.
El primer autor conjunto, el doctor Ross Paterson, del UCL Queen Square Institute of Neurology, apunta que, «dado que la enfermedad solo ha existido durante unos meses, es posible que aún no sepamos qué daño a largo plazo puede causar COVID-19».
«Los médicos deben ser conscientes de los posibles efectos neurológicos, ya que el diagnóstico temprano puede mejorar los resultados de los pacientes –advierte–. Las personas que se recuperan del virus deben buscar asesoramiento profesional de salud si experimentan síntomas neurológicos».
La primera autora conjunta, doctora Rachel Brown, también del UCL Queen Square Institute of Neurology y de UCL Infection & Immunity) destaca que el estudio «avanza en la comprensión de las diferentes formas en que el COVID-19 puede afectar el cerebro, lo que será primordial en el esfuerzo colectivo para apoyar y manejar pacientes en su tratamiento y recuperación».
Finalmente, el autor principal conjunto, el doctor Hadi Manji, destaca que el estudio incorpora, por primera vez, las presentaciones clínicas de pacientes con enfermedad neurológica COVID-19 con resonancia magnética y características de laboratorio que incluyen, en un caso, una biopsia cerebral.
«Esto ahora establece una plantilla para otros investigadores de todo el mundo, facilitando la investigación coordinada para optimizar el diagnóstico y los tratamientos de estas complicaciones, que hasta la fecha, han resultado difíciles –asegura–. Además, los pacientes requerirán un seguimiento a largo plazo».