ALICIA ALMENDROS.- Luis Encinas, enfermero y asesor de Médicos Sin Fronteras (MSF), ha luchado duramente contra el Ébola en diferentes países. Ahora, tiene un nuevo objetivo, el COVID-19, y un nuevo escenario, España.
Estás acostumbrado a combatir este tipo de epidemias en otros países, ¿alguna vez pensaste que esto iba a ocurrir en España?
La verdad que no. Aunque es cierto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había advertido hace más de 10 años de la posibilidad de epidemias y brotes y se hablaba de una “Enfermedad X” nunca había llegado a pensar que me iba a tocar trabajar con Médicos Sin Fronteras por una emergencia sanitaria de tal magnitud en España.
¿Qué diferencia hay entre lo que pasaba allí y lo que pasa aquí ahora?
Todo y poco. Todo porque no estamos en las mismas condiciones. Habría que definir que se entiendo por “allí”. He trabajado en países que podrían tener cierta similitud con España, otros con recursos mucho más limitados, con sistemas sanitarios frágiles, tambaleantes o incluso ausentes como es el caso de países en conflicto. Y veo pocas diferencias respecto al hecho de que frente a una epidemia se dan los mismos pasos y se sigue el mismo patrón: investigación, establecer la existencia de un brote y definir las etapas (quién está a cargo, qué estrategia de información, adopción de medidas de control a corto medio y largo plazo). Es fundamental conocer a la mayor rapidez posible el comportamiento de la enfermedad -dado que es nueva, de ahí la importancia de la investigación-, los canales de transmisión, la toma de muestras y confirmación, que definición de casos se usa, que nivel de formación y de información tienen los equipos sanitarios, cuál es la tasa de ataque …
¿Te ha servido la experiencia que tienes en zonas de epidemia para ponerlo en práctica aquí?
Sí, mucho. Siempre tengo en mente lo que yo llamo la teoría de las tres Cs: Coordinación, Colaboración y Cambio de comportamiento de la sociedad y de la comunidad. Son puntos importantes y, de hecho, al inicio de cada intervención siempre llevo una libreta conmigo donde voy apuntado estos detalles y a los que recurro continuamente en situaciones como la actual.
¿Cómo os organizáis en Médicos Sin Fronteras?
La estructura de Médicos Sin Fonteras responde a una estructura muy jerárquica, quién hace qué, y dónde, a quién refiere, quién toma decisiones, quién aconseja, quién es responsable… Esto es así porque en los casi 50 años de vida de MSF, hemos tenido que desarrollar herramientas y modus operandi frente a las situaciones que nos encontrábamos. Hay palabras claves que son nuestro ADN como guidelines (guias de protocolo) tanto para la seguridad que, para el aspecto médico, supply (abastecimiento), kits (todo va con una lógica de tener un población diana, Kit para atender a 1.000 heridos graves, kit para vacunar 1000 niños, kit para 1.000 desplazados…), organigrama y perfil de puesto que encuadra con esta filosofía y forma de trabajo.
Y, ¿de qué manera estáis colaborando en España actualmente?
Como principio nos guía siempre un enfoque centrado en aliviar el dolor, aportar nuestra ayuda a todas las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ningún tipo de discriminación. Estar ahí, donde están las necesidades sin fronteras. Siempre buscamos este objetivo cuando intervenimos en emergencias sanitarias debidas a catástrofes naturales, epidemias (como la actual pandemia de COVID-19) o situaciones de conflicto. También nos enfocamos en las poblaciones más vulnerables. Para trabajar, los requisitos son muy exigentes, ya que para el terreno se requieren no solo médicos, enfermeros, psicólogos y farmacéuticos, sino también especialistas en agua y saneamiento, logística, apoyo administrativo, RRHH y financiero. En el caso de la respuesta al COVID-19 en España hemos replicado en parte este modelo organizativo teniendo en cuenta que las capacidades del sistema en España son inmensamente mejores que las que nos solemos encontrar en nuestros contextos más clásicos donde las necesidades son masivas y las capacidades muy limitadas.
¿Cuál está siendo el talón de Aquiles de la lucha de España frente a este virus?
Hay varios, pero no creo que sea el momento de buscar culpables sino de encontrar soluciones. Yo diría que los dos talones de Aquiles son: la falta de anticipación -cómo prepararse, en términos de espacios, de recursos humanos y materiales…- y la falta de colaboración. Me gusta explicarlo con una metáfora. Si nos encontramos con un agujero en el barco y este se encuentra en la otra punta de la embarcación, por ejemplo, en China, si no nos ponemos las pilas, trabajamos juntos, todos, nos vamos a hundir juntos… Se trata de una responsabilidad colectiva, no única de un país a 12.000 kilómetros de distancia.
Es mucho menos letal que otras enfermedades como el Ébola, pero la tasa de contagio es muy alta…
El Ébola tiene una tasa de letalidad del 40 al 80% dependiendo de muchos factores como el momento de la epidemia, la capacidad del sistema sanitario, la preparación, y el conocimiento, los recursos humanos y materiales… Del COVID-19, todo lo que sabemos cabe en una mano, y llevamos tres meses de conocimiento, algunos estudios clínicos, y análisis retrospectivos desde China, ahora empiezan a llegar estudios de Italia…. Pero sí que es verdad que la tasa de letalidad en UCI y Hospitales varia del 1,5 al 20%. Sin embargo, la peculiaridad, y lo que hace más complicado su control, es que se transmite por microgotas y que se puede transmitir aun en la fase asintomática.
¿Cuánto tiempo crees que vamos a convivir con este virus?
Para contestar a la pregunta de forma resumida: el tiempo que convivamos con el virus va a depender de muchos factores -disponibilidad de vacuna, aislamiento de los casos, test, comportamiento de la población…- pero sí que va a llevar un tiempo (probablemente más de un ano).
El estado de estrés y las situaciones a las que están sometidos todos los sanitarios no están siendo fáciles, ¿crees que les pasará factura? ¿Qué recomendaciones les daría?
Es una situación nueva, inesperada, duradera, que ha generado mucho estrés, miedo, pánico, desolación e impotencia. Si le sumamos también que en ciertos hospitales la saturación de las UCI ha obligado a tomar decisiones que generan dilemas éticos, esto puede constituir una carga de emociones y sentimientos muy fuertes. Lo que se aconseja, es de verbalizarlo, de poner nombre a todo, de encontrar modos de protegerse, porque si no eso tendrá consecuencias y secuelas a nivel personal, familiar y social
Nadie se atreve a decir cuándo terminará esto, ¿te atreves a dar una estimación?
No. Hay muchos factores, y el más potente es la capacidad o no de mutación del virus.
No me gustaría terminar sin hacer un reconocimiento a todos y todas los trabajadores en primera línea, tanto sanitarios como personal de apoyo al sistema de salud por el espectacular trabajo y la implicación en la lucha contra el COVID-19. A este virus le derrotaremos entre todos, pero ellos están en la vanguardia y se están dejando la piel en una situación extrema y no siempre con los mejores medios.
2 Comentarios
Yeray
Increíble la verdad que transpiran las frases de esste chico. lo había previsto todo (o casi) y eso a poco tiempo de declararse la pandemia en España….. no solo se merecen premios, pero más que nada nuestra mayor consideración y reconocimiento
Ye
David
Este tío se merece un premio. He leído entrevistas y suelta verdades como un puño. Si tuviéramos un poco más de consideración y de crédito, estaríamos en otro mundo. Pero poder político y locura económica nos han machacado con falsas monedas y promesas sin mañana.