ANA MUÑOZ.- Un tercio de la población activa española tiene problemas para conciliar su vida laboral y personal, según un estudio llevado a cabo por la Fundación Pfizer. Algo que se agrava en el caso de las mujeres, que siguen asumiendo la mayor carga de trabajo doméstico. De hecho, pocas veces se pregunta a un hombre cómo concilia su vida laboral y familiar, y menos en una profesión tan feminizada como la enfermería.
Cuatro de cada diez mujeres afirman haber renunciado a algún puesto de trabajo o ascenso laboral por tener hijos, y cuando se les pregunta si creen que ser madre afectaría a su trayectoria laboral, el 70% responde que sí. Las demandas más extendidas cuando se habla de conciliación son acoplar el horario de guarderías o colegios al de trabajo, poder hacer jornada intensiva y contar con un margen flexible de hasta dos horas para entrar o salir de trabajar.
4 de cada 10 mujeres han renunciado a algún ascenso por tener hijos
Unos deseos que, de verse cumplidos, revertirían en beneficio de unos y otros, según explica Pedro Núñez Morgades, patrono de la Fundación Pfizer y antiguo Defensor del Menor: “Se entiende que si tú proporcionas beneficios a tus trabajadores, eso les da satisfacción en la empresa y les fideliza. Eso constituye un salario emocional que no se paga en euros, pero que es enormemente positivo para la productividad y para la situación de los trabajadores”.
La doble presencia

Silvia Morel, enfermera supervisora de la Unidad de Neurología e Ictus del Hospital Ramón y Cajal de Madrid
Silvia Morel es enfermera supervisora en la Unidad de Neurología e Ictus del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde trabaja en el turno de mañana, y tiene dos hijos: un niño de tres años y una niña, de dos. “Están en la guardería todo el tiempo que estoy yo aquí, así que los pobres, a su edad, ya llevan casi un horario laboral”, explica Silvia. “En una profesión como esta, en la que cubrimos tres turnos los 365 días del año, a veces te encuentras entre la espada y la pared. Si quieres desarrollar tu carrera te ves ajustada por las cargas familiares, y viceversa. La doble presencia, lo llaman”.
Ella conoce a mujeres que han decidido no tener hijos por miedo a las repercusiones laborales: “A veces las empresas presuponen, sólo porque la mujer tenga cargas familiares,que su rendimiento laboral va a ser menor. Así que hay quien se frena. De hecho, existe desmotivación laboral precisamente porque a veces no se han visto cumplidos los deseos de alguien de tener familia”, explica. Sólo en el 16% de los casos el trabajo diario de la casa se distribuye a partes iguales entre las parejas o familias, mientras que los abuelos han adquirido un nuevo rol hasta convertirse en cuidadores de los nietos, tal y como corrobora Silvia: “Cuando tengoalguna guardia o algún pico de trabajo que requiere que me tenga que quedar por la tarde, recurro a ayudas familiares, básicamente a mi madre, que es una santa”.
Trabajar me ayuda en mi vida familiar y personal
A pesar de todo, ella se considera afortunada por no haber tenido que sacrificar ni una parte de su vida ni la otra “Tengo un puesto de mando intermedio y considero que mi carrera profesional se está desarrollando. Hasta el momento voy bien, pero es verdad que tengo el privilegio de tener un turno de mañana. Desgraciadamente no toda la enfermería puede disfrutarlo”.
Caras complementarias de la vida
Un caso muy similar al de Silvia es el de Beatriz Elena Martín, enfermera en la UVI médica del Hospital Ramón y Cajal y madre de tres hijos de seis, cinco y dos años y medio. Para ella no sería posible compatibilizarlo todo de no ser porque su centro le permite trabajar en el turno de mañana. “Seguir trabajando me ayuda en mi vida familiar y personal. Me ayuda a ser más eficiente, más efectiva, me ayuda a priorizar. Vida personal y laboral para mí son igualmente importantes. Son complementarias”, asegura Beatriz.
A su juicio, dejar de tener hijos por miedo a un frenazo en la trayectoria profesional “es un error tremendo. Mi experiencia personal me dice que desde que tengo hijos rentabilizo mucho más el tiempo. No me ando por las ramas, trabajo más a gusto y hago más cosas. Una persona válida, eficiente y cumplidora en su trabajo no tiene por qué tener ningún problema en su trabajo porque tenga hijos”, dice sin dudar.
Tanto Silvia como Beatriz repiten una y otra vez la misma palabra: organización. Es como un mantra para ellas. “Si consigues gestionar bien el tiempo, si priorizas y optimizas los recursos, es totalmente compatible tener hijos con trabajar. Se sale absolutamente de todo”, afirma Beatriz.