DAVID RUIPÉREZ.- En un escenario marcado por la cronicidad, por pacientes cada vez mayores y pluripatológicos, pocos cuestionan que eso de que el paciente sea el centro del sistema sanitario debe dejar de ser una frase hecha para materializarse en una realidad tangible. Pero el llamado paciente experto –empoderado, implicado o activo- tiene su espacio y sus límites.