ALICIA ALMENDROS.- En España se calcula que existen entre 120.000 y 150.000 personas infectadas por el VIH, y un 30% de estas no lo saben porque nunca se han realizado la prueba. Para concienciar a la población y dotar de normalidad y naturalidad la petición de dicho test, la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (Cesida) ha puesto en marcha la campaña “Hay razones de sobra para hacerse la prueba del VIH”.
Durante la presentación de la campaña, Juan Ramón Barrios, presidente de Cesida, ha señalado que con esta iniciativa quieren ayudar a cumplir los objetivos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/sida (ONUSIDA), el ’90-90-90′, que consiste en conseguir «que el 90 %de la población se haga la prueba del VIH, que esté diagnosticada; que el 90 % de las personas esté en tratamiento, para controlar la enfermedad y prevenir nuevas infecciones; y que el 90% de las personas esté con carga viral indetectable, con la menor carga de virus posible».
En el contexto de esta campaña, se ha organizado la Semana de la Prueba, que tendrá lugar entre el 20 y el 27 de octubre y durante la cual se podrá acceder a pruebas del VIH gratuitas y rápidas en las distintas asociaciones que forman parte de CESIDA.
Sencillo
Es una prueba sencilla, segura, rápida y eficaz que confirma el estado serológico de una persona. Consiste en medir el nivel de anticuerpos que genera el organismo en respuesta al virus mediante un análisis de sangre o saliva. “Las pruebas son siempre confidenciales y permiten conocer la presencia del virus directamente”, ha subrayado Barrios.
Salud sexual
El objetivo que persigue Cesida es universalizar la prueba, y que la Atención Primaria se convierta en una puerta importante de diagnósticos de VIH y que la persona que la solicite o a la que se le recomiende dicho test no se sienta cuestionada ni juzgada, sino que ambas opciones se perciban siempre en positivo, en pro de su salud sexual.
Los sanitarios, y en especial la enfermería, tienen un papel clave en la educación sanitaria de la población. Por ello, el Consejo General de Enfermería ha querido colaborar en esta iniciativa que está dirigida a todos los públicos, tanto jóvenes como adultos de ambos sexos, independientemente de su orientación sexual, edad, etnia o sexo, con el fin de evitar el diagnóstico tardío. Y es que conocer el estado serológico de uno mismo es un factor determinante para la salud y un acto de responsabilidad, tanto a nivel individual como colectivo.
Diagnóstico precoz
Adquirir el virus VIH no supone el desarrollo del sida, sino que esto ocurre en una «segunda etapa» en la que el sistema inmunitario del paciente se ve deteriorado, según ha explicado el jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico San Carlos, Vicente Estrada. Por tanto, un diagnóstico precoz permite establecer el tratamiento desde antes de que se desarrolle la enfermedad y mantener una buena calidad de vida, e incluso reducir la carga viral de forma que el virus no se pueda transmitir. Además, Estrada ha afirmado que “la prueba del VIH debe desdramatizarse”.
Estrada ha señalado que, mientras que en el pasado «se esperaba a que la inmunidad se deteriorara», actualmente el diagnóstico precoz permite que la salud de los pacientes no se vea tan afectada. Además, ha recomendado realizarse este tipo de pruebas rápidas porque «son todo beneficios».
Por su parte, la educadora del programa ‘Pares’ de Cesida, Sara del Arco, ha explicado “que el papel de todo aquí es ser agentes del cambio para que el estigma vaya disminuyendo”.
Perfil
La mitad de los nuevos diagnósticos de VIH de los últimos años corresponde a personas con menos de 35 años, siendo los más afectados los hombres, especialmente entre los 25 y los 29 años y entre los 30 y los 34 años, según los datos proporcionados por Cesida.
Barrios ha afirmado que algunas de las razones que pueden motivar este aumento son la consideración del VIH como una enfermedad crónica más que como una patología mortal, el olvido del impacto que causó el VIH durante los años 80, la mayor libertad sexual que existe hoy en día y la falta de campañas sobre salud afectivo-sexual para jóvenes.