El Papa Francisco ha mostrado su agradecimiento a enfermeros, médicos, enfermos, familiares y religiosos que desempeñan su labor en hospitales o residencias y se ha referido a ellos como «ángeles de esperanza».
«Los lugares donde se sufre son a menudo lugares de intercambio, de enriquecimiento mutuo. ¡Cuántas veces, junto al lecho de un enfermo, se aprende a esperar! ¡Cuántas veces, estando cerca de quien sufre, se aprende a creer! ¡Cuántas veces, inclinándose ante el necesitado, se descubre el amor! Es decir, nos damos cuenta de que somos «ángeles» de esperanza, mensajeros de Dios, los unos para los otros, todos juntos: enfermos, médicos, enfermeros, familiares, amigos, sacerdotes, religiosos y religiosas; y allí donde estemos: en la familia, en los dispensarios, en las residencias de ancianos, en los hospitales y en las clínicas», ha señalado el Pontífice.
Esperanza
Así lo ha expresado Francisco en su Mensaje para la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo 11 de febrero, y cuyo texto ha difundido este lunes la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Bajo el título ‘La esperanza no defrauda y nos hace fuertes en la tribulación’, el Papa señala que, en el tiempo de la enfermedad, si por una parte se experimenta toda la «fragilidad como criaturas -física, psicológica y espiritual-«, por otra parte, se siente «la cercanía y la compasión de Dios».
«La enfermedad entonces se convierte en ocasión de un encuentro que nos transforma; en el hallazgo de una roca inquebrantable a la que podemos aferrarnos para afrontar las tempestades de la vida; una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos», ha subrayado.
Europa Press