SERVIMEDIA.- Cuatro de cada diez personas trans y no binarias creen que sus profesionales sanitarios no saben cómo atender al colectivo, según se desprende del ‘Estudio Transaludes: salud en personas trans y/o no binarias en España, 2024’, realizado por un equipo de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), presentado este martes en el Ministerio de Sanidad.
El estudio, liderado por la científica del ISCIII María José Belza, analiza a nivel nacional el estado de salud de las personas trans y no binarias. Su objetivo es aumentar el conocimiento sobre la salud de esta comunidad y facilitar posibles mejoras en su acceso a los servicios sociosanitarios.
A este respecto, Belza indicó que, hasta el momento, “en España hay poca información que permita cuantificar a nivel nacional el estado de salud y las dificultades por las que pasan las personas trans y no binarias a la hora de recibir servicios adecuados a sus necesidades de salud”.
En la presentación del informe participaron el director general de Salud Pública y Equidad en Salud, Pedro Gullón, y la Comisionada de Salud Mental, Belén González, así como la directora de la División de VIH del Ministerio de Sanidad, Julia del Amo. El 35% de las personas participantes en este estudio son hombres trans, el 23% mujeres trans y el 42% personas no binarias, con una edad media de 26 años.
Abordar la salud
El equipo de investigación destacó la importancia de abordar la salud de las personas trans y no binarias desde la despatologización, entendiendo la identidad de género como parte de la diversidad humana y no como una enfermedad o trastorno, y con un marco no estigmatizante.
De hecho, aseguró Belza, “es importante entender que la salud, y especialmente la salud mental, está muy influenciada por las situaciones de discriminación y otros tipos de violencia a las que las personas trans se enfrentan”.
La encuesta Transaludes revela que sólo el 10% de las personas trans y no binarias se habían visibilizado en todas las esferas de su vida y que un importante porcentaje no había podido realizar los cambios de nombre o de sexo registral que deseaba, tanto por miedo al rechazo como por barreras en el proceso administrativo, especialmente entre las personas no binarias.
Respecto a los procesos médicos de transición, también un gran porcentaje de las personas que querían realizarlos refirió en la encuesta no llevarlos a cabo por diferentes motivos. Entre ellos, destacan la preocupación a la discriminación a la que pudieran enfrentarse y las barreras sanitarias y largas listas de espera en la sanidad pública, que hicieron que dos tercios de las personas que habían realizado alguna transición quirúrgica acabaran haciéndolo en la sanidad privada.
Salud mental
Además, tanto las personas con diagnósticos de salud mental como las que tienen un peso corporal considerado socialmente como elevado, se enfrentan a barreras específicas que les dificultan aún más el acceso a la transición.
La proporción de personas del colectivo que considera que su estado de salud es bueno o muy bueno es inferior a la de la población general de su misma edad, según refleja el estudio. Transaludes revela especialmente problemas de salud mental, como depresión (16 veces mayor que la población general) y ansiedad (11 veces más), debido a la discriminación estructural que sufre este colectivo. Los datos obtenidos sobre ideación e intentos autolíticos son especialmente preocupantes en población tan joven y muestran que la capacitación del sistema para atender la salud mental del colectivo es urgente.
Violencia
Por otro lado, la práctica totalidad de las personas trans y no binarias participantes había sufrido algún tipo de violencia tránsfoba o discriminación por su identidad de género a lo largo de su vida. Casi la mitad de las personas participantes habían sido agredidas físicamente en algún momento. La encuesta refleja que estas agresiones tuvieron repercusiones en la salud de ocho de cada diez personas que las sufrieron.