Las agresiones a profesionales sanitarios no dejan de crecer. En el último año, 847 médicos sufrieron una agresión, según el Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial. Y, sin embargo, los profesionales sanitarios que sufren un mayor número de agresiones son las enfermeras. Según los últimos datos del Observatorio de Agresiones del CGE, correspondientes al año 2023, en ese año se produjeron un total de 2.840 agresiones a enfermeras, un 10% más que el año anterior. Por ello, en la jornada contra esta lacra que ha organizado la OMC han pedido la coordinación entre las distintas profesiones y el Ministerio de Sanidad para luchar contra las agresiones a sanitarios.

Como ha señalado Tomás Cobo, presidente de la OMC “tenemos que hacer un esfuerzo cultura para que vuelvan las formas, el decoro, la educación para que todos los que tenemos vocación de servicio a los demás estemos protegidos”. Por ello, y con motivo del Día Europeo Contra las Agresiones a Profesionales Sanitarios que se celebra cada 12 de marzo, los representantes de las distintas profesiones han pedido mayor coordinación, especialmente del Ministerio de Sanidad para luchar contra esta lacra. Como ha señalado José María Rodríguez, secretario general de la OMC, “es necesario hacer aflorar todas las agresiones que se producen. Todos los profesionales sanitarios las sufrimos, por ello pedimos al Ministerio de Sanidad que coordine todos los observatorios para que podamos tener todos los datos. Ante un problema común debe haber una solución común”.

Las enfermeras, las más agredidas

Por su parte, Diego Ayuso, director del Observatorio y secretario general del CGE, ha detallado los datos de agresiones que sufren las enfermeras. En 2023, fueron un total de 2.840 agresiones, 3,5 veces más que los médicos. “Las enfermeras en muchas ocasiones sufren una violencia en muchos casos derivada de las deficiencias del sistema sanitario, las listas de espera, demoras en la atención, y demanda el incremento en el número de enfermeras con el que se logre rebajar la presión asistencial de una sanidad infradotada”.

Para Ayuso, “con la violencia, ya sea verbal o física, debemos tener tolerancia cero. No hay justificación alguna para sentir miedo o sufrir lesiones, amenazas ni ultrajes cuando uno simplemente desempeña su labor en su puesto de trabajo. Y menos cuando su trabajo consiste en salvar vidas, en cuidar de la salud de las personas”. Así, para el director del Observatorio del CGE, “las enfermeras no somos responsables de los males del sistema, de las demoras en la atención, de la falta de recursos, de no poder atender sus expectativas. De hecho, en muchas ocasiones somos quienes también sufrimos todos esos problemas de nuestro sistema sanitario”, ha añadido.

Donde más se agrede a las enfermeras es en urgencias, por la demora en la atención, lo que genera frustración entre pacientes y familiares. Después en Atención Primaria y en salud mental. El 23% de las agresiones son físicas.

«Las líneas de actuación deben ser estructurales, del Ministerio, de las comunidades autónomas, de mejorar la calidad de la asistencia sanitaria, pero también mejorando la formación de los profesionales para mejorar la forma de enfrentarse a potenciales problemas», ha destacado Ayuso.

Datos por CC.AA.

Según los últimos datos del Observatorio de Agresiones del CGE, correspondientes al año 2023, se han registrado un total de 2.840 agresiones a enfermeras. Por comunidades autónomas, Andalucía es la que ha registro un mayor número de estos sucesos, con 752, seguida de Baleares (369), Aragón (242), Castilla y León (232) y Galicia (212).  Por el contrario, las regiones que menos agresiones han notificado son Ceuta (3) Melilla (3), Extremadura (14), Comunidad Valenciana (15) y Madrid (30).

Si comparamos los datos con los del año anterior, se observan fuertes incrementos Aragón (+145), Canarias (+142), Islas Baleares (+101) y Cantabria (+72), propiciados por un aumento de las denuncias por parte de las enfermeras y un mejor registro de los datos por parte de los diferentes servicios de salud.

Sin embargo, pese al incremento de los datos en algunas comunidades, para Diego Ayuso “creemos que este aumento no se ha debido realmente a que las agresiones se hayan incremento en estas regiones de forma tan alarmante, sino a que hay una mayor concienciación de los profesionales a la hora de denunciar y una mayor sensibilidad a la hora de registrar los datos por parte de las comunidades autónomas”.

Por qué no se comunican

Menos de la mitad de las agresiones a sanitarios que se producen se denuncian. Según el director del Observatorio de la OMC hay múltiples factores que influyen, pero especialmente porque es “algo que se ha normalizado, se considera que son algo del día a día. También hay sentimientos de indefensión, temor a represalias, se considera que las denuncias no son ágiles y no hay sanciones ejemplarizantes”.

Un balance que también coincide con los datos del Observatorio de Agresiones del CGE. Por ello, la clave para todos los implicados está en la denuncia. “Cualquier hecho que se produzca, cualquier agresión, ya sea física o verbal debe ser denunciada, porque lo que no se comunica y no se registra, no existe. Sin denuncia no puede haber sanciones, no hay consecuencias de la agresión y eso es intolerable”, ha concluido Diego Ayuso.

Datos del Ministerio de Sanidad

Por su parte, Juan Julián García Gómez, subdirector general de Cohesión y Alta Inspección del SNS del Ministerio de Sanidad, ha realizado un avance de los datos que presentará el ministerio en la jornada de agresiones del próximo día 12 de marzo. Según los datos adelantados, en 2024 se han producido 16.558 notificaciones de agresiones, de las que el 28,6 han sido a las enfermeras. Además, continua la tendencia ascendente de estos eventos violentos, donde en atención primaria siguen siendo más elevadas que en hospitalaria

Para el subdirector general, la clave para luchar contra esta lacra está en “adoptar medidas de prevención, formación y potenciar al interlocutor sanitario, además de mejorar el sistema de información, con un mayor respaldo jurídico a los profesionales y con procedimientos de denuncia in situ y del uso de Alercops».