DAVID RUIPÉREZ.- Pilar Arroyo, una especialista en bioética de primer nivel, dirige la revista Metas de Enfermería desde hace casi dos décadas. La veterana publicación ha evolucionado mucho en su ya dilatada trayectoria, pero sigue siendo un referente de la investigación y los avances de la enfermería española.
¿Cómo definiríamos Metas para quien no conozca la publicación?
Metas de Enfermería es una revista de difusión enfermera pero de carácter generalista, no especializada en ningún área concreta de nuestra profesión. Publicamos revisiones bibliográficas, casos clínicos, artículos originales…
¿Cuál es el perfil del profesional que suele publicar en la revista?
Es muy variado. Sí que es verdad que mayoritariamente los enfermeros que envían sus trabajos pertenecen al ámbito de la investigación o la gestión, aunque también de la asistencia.
Escribir e investigar no es fácil para quien se dedica a la asistencia por la falta de ayudas»
En proporción al número total de enfermeras son pocas las que llegan a publicar en revistas científicas indexadas como Metas o Rol y ¿por qué no en publicaciones de máximo nivel como The Lancet o NEJM?, ¿hay cierto complejo de inferioridad, falta de costumbre o quizá inseguridad?
Hay que partir de una premisa: escribir e investigar no es fácil y para las enfermeras que están en el campo de la asistencia resulta más difícil todavía. No hay muchas ayudas. Quizá alguna política de estimulación a la investigación desde las fundaciones de los hospitales, poco más. Además, hay que tener en cuenta los criterios de la revista, no podemos permitirnos publicar cualquier cosa, existen unos criterios muy definidos para que los trabajos tengan el necesario rigor metodológico desde trabajo de investigación, deben reunir criterios de rigor metodológico. Seguimos las mismas normas que cualquier otra revista internacional como las que acaba de citar.
Pero en las revistas de referencia mundial, prácticamente resulta imposible publicar una investigación liderada por la enfermería, ¿es misión imposible publicar si el autor principal no es un médico?
Entre las revistas anglosajonas sí que hay publicaciones con un alto nivel de impacto que son puramente enfermeras y con enfermeras como primer investigador. En las revistas de habla hispana existe menor tradición, cuesta un poco más. En Metas no hay barreras para que un médico pueda publicar pero el investigador principal debe ser siempre un enfermero
¿Habría que inculcar desde la facultad el afán investigador y no focalizarlo todo hacia la asistencia?
Para que la asignatura de Metodología de la Investigación se incorporase a la Diplomatura hemos peleado siempre. Algunas Universidades lo tenían y otras no. Pero hoy día, en el Grado ya está en todas las facultades. Pero así y todo lo que se puede trabajar dentro del Grado no es mucho, tenemos afortunadamente desarrollados los másteres y ahí se termina de curtir la enfermera que quiere investigar. Además, los trabajos de fin de master han de ser trabajos de investigación. Pero a investigar se aprende investigando, hay que rodearse de gente con la que colaborar. No hay estudios de un solo autor, es preciso crear equipos. Todo eso es lo que está empezando a ser posible y está generando tanto generando conocimiento nuevo como la aplicación de esos conocimientos nuevos a la práctica enfermera.
A investigar se aprende investigando, hay que rodearse de gente con la que colaborar»
De hecho, por su posición central y punto de contacto entre varios profesionales sanitarios, la enfermera puede ser una buena coordinadora de trabajos de investigación. ¿No es así?
Ya hay experiencia en grupos de investigación multidisciplinares coordinados por una enfermera. La figura asistencial de la enfermera gestora de casos se puedes trasladar a equipos de investigación. La enfermera, por sus propias características como profesional, tiene esa capacidad de visión global que facilita mucho la coordinación.
Hablemos un poco de la polémica en torno al RD de prescripción enfermera que el ahora Gobierno en funciones adulteró a última hora y a espaldas de la profesión y que en lugar de regularizar lo que ya se hacía con toda normalidad con determinados fármacos se ha ilegalizado. Tomar ciertas decisiones en materia de fármacos por parte de la enfermería puedo suponer un delito grave.
Evidentemente, no sólo como profesional sino como directora de una publicación científica enfermera es una barbaridad, un disparate. Ha sido un abuso de autoridad terrible. Se ha puesto de manifiesto que les damos mucho miedo a los médicos y a los políticos por la presión que puedan ejercer algunos profesionales. A ellos hay que decirles que no les vamos a hacer ningún daño, sino todo lo contrario, vamos a facilitar entre todos nuestro mejor trabajo para una atención sanitaria de mayor calidad
Es absurdo mantener estructuras de autoridad tan antiguas. Sólo se pone de manifiesto la inseguridad de esas otras profesiones que no ven con buenos ojos la capacidad para de las enfermera para prescribir determinados medicamentos. Resulta terrible en sí mismo, pero también de cara a otros países de nuestro entorno en donde está absolutamente normalizado como Reino Unido, Canadá o Estados Unidos. Está demostrada la eficacia y la rentabilidad de la prescripción para la calidad del servicio y también desde el punto de vista económico. A quién se le puede pasar por la cabeza que puede salir perjudicado un paciente porque la enfermera prescriba y haga seguimiento de pacientes crónicos.
Hace muy poco tiempo hablaba con una enfermera británica que es responsable de una unidad seguimiento de pacientes con enfermedades reumatológicas. Tienen un médico adscrito para situaciones extraordinarias, pero son ella y su equipo los que dirigen todo con unos índices de satisfacción extraordinarios y con rentabilidad económica.
Los médicos que se oponen a la prescripción sólo evidencian su inseguridad»
Algunos de un nivel estratosférico como Pedro Alonso o Miguel Martín no ven problema alguno, como no lo ven tampoco muchos médicos en los centros de salud…
Las personas que has citado están por encima de toda esta polémica, no tiene inseguridad, todo lo contrario. En los equipos de AP el trabajo enfermero es conjunto por pura definción y los equipos funcionan muy bien. Es algo que viene de las instituciones médicas, como la organización colegial. No sé si han pensado que tienen la función de proteger de toda amenaza a sus colegiados y confunden lo que son las amenazas lo que es la colaboración y lo que es el fin último -que es el beneficio del paciente- con el estatus social, que no tiene nada que ver con la prescripción enfermera.
Además, en la práctica resulta Inaplicable por ejemplo en una visita domiciliaria. Ahí no está el médico, la enfermera decide cómo tratar una herida o una quemadura…
No tiene ningún sentido. Es terrible. Estaba a punto de culminarse la prescripción después de mucho trabajo de nuestra organización colegial… Y nunca se ha dicho: las enfermeras tienen que prescribir porque sí, sino que lo ha hecho con responsabilidad, después de estudiar mucho la situación y luego va y se produce un cambio en el ministerio de hoy para mañana para que todo ese trabajo quede todo tirado por los suelos. Confío en que la razón se imponga de nuevo y en un par de meses o tres el tema se pueda volver a reconducir y volver a los criterios de la lógica y perder de vista lo que son los estatus mal entendidos y poner la vista en la calidad y los ciudadanos.
Está demostrada la eficacia y la rentabilidad de la prescripción para la calidad del servicio y también desde el punto de vista económico»
¿Cuáles son los temas de su revista que generan más interés?, ¿Han cambiado mucho las preferencias desde aquel año 98?
Han cambiado. Al finalizar el primer año de vida preguntábamos a los suscriptores qué artículos les gustaban más y recuerdo que había suscriptores que se quejaban de que había mucha estadística y pocas cosas aplicadas. Es verdad que se quejaban de que había mucho método. Ya no. Hoy en día lo importante es publicar, tanto para acceso a las facultades, en la carrera docente, en el acceso a doctorados, etc. Incluso en la carrera de gestión, donde los currículos son los principales criterios. Ha cambiado el perfil del lector hacia personas interesadas en publicar.
¿Cómo conseguir que la enfermería tenga más presencia en los medios generalistas?
No es fácil. La labor de la enfermera tiene dos características. Por una parte es muy cercana a las personas y eso le resta importancia de cara a fuera. Es silente, pero es una labor importante. Cuando están enfermos, la gente lo agradece mucho a nivel personal nuestro trabajo pero nos lo dice a nosotros. Cuando se recuperan se olvidan un poco de nosotros y del que se acuerda es del médico que le diagnosticó y le mandó el tratamiento. Pero con eso hay que contar, forma parte del hecho de ser enfermero. Pero otra cosa, y eso es de Justicia, es que se nos reconozca la labor que hacemos en la sociedad y no se lo pido a los pacientes, pero sí a nuestras propias organizaciones y al resto de organizaciones sanitarias, empezando por el Ministerio, para que pongan en valor y hagan emerger el trabajo enfermero. Universalmente está demostrado que sin el trabajo enfermero no se llega a ningún buen puerto. Antes hablabas de Pedro Alonso y su trabajo en Mozambique, con los que trabajan es con enfermeros, sin ellos es imposible la labor en África. En el día a día, las enfermeras AP son lo que están sacando adelante todos los pacientes.
El Ministerio debe reconocer el valor que aportamos a la sociedad»
¿Nos puede decir tres retos que tenga por delante la enfermería?
Uno es el que acabamos de comentar, poner en valor la figura del profesional enfermero dentro de la sociedad, un reconocimiento. Eso motiva. Luego, otro gran reto es el de seguir avanzando para construir un nuevo conocimiento enfermero y en el desarrollo de la aplicación práctica de ese conocimiento. Hay mucho campo de acción donde demostrar nuestra aportación. Por último, otra cuestión es la construcción en valores. Todas las profesiones sanitarias, pero especialmente la enfermería deben tener una base de valores profesionales donde asentar desde la investigación a la práctica clínica. Los valores sociales están cambiando en la sociedad, no cabe trabajar manteniendo los niveles de paternalismo de antiguamente. Hay que respetar la autonomía del paciente hasta sus últimas consecuencias y el ejercicio legítimo de sus derechos. No sólo hay que respetar eso, sino hacer todo lo posible para que se hagan posibles esos valores que dices que respetas. Es importante la eduación en valores y la adaptación a los nuevos valores sociales.