IRENE BALLESTEROS.- María Pilar Molinedo-Quílez, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, y Marta Molinedo-Quílez, residente de traumatología y cirugía ortopédica en el Hospital San Jorge de Huesca, han realizado un plan de cuidados para garantizar la calidad asistencial extrahospitalaria de aquellos pacientes con trauma grave en accidentes de tráfico. En dicho estudio, han querido poner de manifiesto la necesidad de estandarizar los cuidados mediante el establecimiento de un plan que garantice una atención y asistencia enfermera de calidad, eficaz y segura para aquellos pacientes traumatizados por accidentes de tráfico.

El objetivo de su proyecto “Plan de cuidados en la asistencia extrahospitalaria al trauma grave en accidente de tráfico”, publicado en la revista Nuberos Científica, consiste en identificar los principales diagnósticos de enfermería, problemas de colaboración y complicaciones potenciales en la asistencia inicial a los pacientes, así como también desarrollar un plan de cuidados que les facilite y garantice la calidad asistencial en el medio extrahospitalario que requieren.

Hay que tener en cuenta que los traumatismos graves constituyen una patología tiempo-dependiente, donde el 15% de las muertes se producen en los primeros minutos, el 65% en las primeras 1-2 horas, y el 20% restante en las siguientes horas o días. Es por eso, que la actuación del equipo de atención prehospitalaria en los primeros momentos es esencial.

En su proyecto, tras analizar las características de la atención extrahospitalaria al paciente, las investigadoras han llegado a la conclusión de que son la obstrucción de la vía aérea, disnea, hemorragia, dolor, hipotermia y temor las principales complicaciones que se presentan en este tipo de accidentes. Con “cuidados fundamentados en una correcta y adecuada valoración clínica, junto con la utilización sistemática de la taxonomía NANDA, se constituye la base de una asistencia enfermera de calidad, que contribuye a disminuir la variabilidad asistencial, así como a incrementar la seguridad en los cuidados”, concluyen las investigadoras.