EUROPA PRESS.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa ha puesto en marcha su plan de transición para el COVID-19 tras el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional, que se produjo hace un mes.
A través de un comunicado, el director regional de la OMS en Europa, Hans Henri P. Kluge, ha asegurado que «es el momento de invertir y mantener los logros alcanzados durante la respuesta a la pandemia». Por ello, considera que se deben «aplicar las enseñanzas del COVID-19 y de otras emergencias sanitarias». «Esta es la manera de aumentar la resiliencia de nuestros sistemas de salud frente a futuros choques», ha añadido.
En este sentido, el director regional ha señalado que «si bien la emergencia de salud pública internacional puede haber terminado, la pandemia ciertamente no lo ha hecho». «Y a medida que nuestra región trata de salir de esta crisis, también se enfrenta a nuevas amenazas para la salud, en un momento en que nuestros sistemas de salud se enfrentan a una fuerza de trabajo cada vez mayor y a otros desafíos», ha manifestado.
Inmunidad de la población
En toda Europa y Asia central, más de 270 millones de personas se han infectado por COVID-19 y más de 2,2 millones han muerto a causa de la enfermedad desde enero de 2020. Aunque las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 han disminuido significativamente, gracias al aumento de la inmunidad de la población, la continua circulación generalizada del virus significa que miles de personas vulnerables siguen muriendo cada semana.
Al respecto, OMS Europa considera que también sigue existiendo el riesgo «muy real» de que aparezcan nuevas variantes que podrían ser más transmisibles y/o más graves, lo que hace aún «más crítica» la necesidad de seguir destinando recursos a la vigilancia.
Por este motivo, aplicarán trece cambios estratégicos en su enfoque de la gestión del COVID-19 en los cinco subsistemas básicos de la labor de la OMS en emergencias.
Enseñanzas de COVID-19
Para ayudar a conseguirlo, el nuevo plan de transición proporciona un marco para aprovechar las innovaciones y enseñanzas de COVID-19 y otras emergencias recientes en la elaboración del próximo plan de acción regional quinquenal para reforzar la preparación, respuesta y resiliencia ante emergencias sanitarias.
«Esto marca un avance hacia un nuevo paradigma que pretende dotar a la región de las capacidades y redes necesarias para detectar, verificar y notificar rápidamente las amenazas sanitarias nuevas y en evolución, y para responder eficazmente a las emergencias causadas por cualquier peligro, basándose en los principios de solidaridad, transparencia y rendición de cuentas», ha dicho el director regional de Emergencias de la OMS para Europa, Gerald Rockenschaub.
Plan de transición
El plan de transición establece cómo deben gestionarse e integrarse las actividades de COVID-19 dentro de cinco componentes básicos de la arquitectura sanitaria mundial propuesta por la OMS para la Preparación, Respuesta y Resiliencia ante Emergencias Sanitarias (HEPR).
El primero de ellos es la vigilancia colaborativa, que incluye el mantenimiento y la creación de capacidad de laboratorio y el uso de herramientas digitales para recopilar y analizar los datos de COVID-19;
protección de la comunidad a lo largo del ciclo de emergencia para permitir y capacitar a las comunidades a tomar decisiones informadas para adoptar medidas que protejan su salud en situaciones de emergencia.
Inversión sostenida
Además, de la atención clínica, que abarca desde la formación de trabajadores sanitarios de primera línea y el fortalecimiento de las bases para una atención segura, ampliable y de alta calidad, hasta la garantía de una inversión sostenida en servicios sanitarios y sistemas de atención de emergencia.
Por último, contempla medidas como aprender de la implantación de la vacuna COVID-19 y mantenerla como parte de los esfuerzos más amplios de inmunización; y la coordinación, desde los planes de respuesta específicos para el COVID-19 y la gripe pandémica hasta la planificación integrada de la pandemia de virus respiratorios.
La OMS en Europa asegura que para que esto suceda, los Estados miembros «deben invertir de forma estratégica y sostenible en la preparación frente a pandemias, manteniendo al mismo tiempo la vigilancia mediante una preparación de doble vía que pueda responder a nuevas amenazas para la salud y garantizar la continuidad y resistencia de los servicios sanitarios esenciales».