ÁNGEL M. GREGORIS.- La alimentación preocupa cada vez a más personas y la sociedad quiere y debe cuidarse. Por este motivo, numerosos investigadores buscan los hábitos más saludables para que la población los conozca.

Así, un estudio ha analizado restaurantes de comida rápida de cinco países y ha resaltado que se venden una cantidad de opciones altamente calóricas, que, posiblemente contribuyen a la obesidad global. En esta investigación se destaca que el tamaño de las porciones grandes y altas en calorías en los restaurantes no es un problema exclusivo de los Estados Unidos.

Un equipo internacional de investigadores ha desvelado que el 94% de las comidas en restaurantes convencionales y el 72% en los de comida rápida contenían 600 calorías o más. El estudio, publicado por The British Medical Journal, revela que la comida rápida contenía un 33% menos calorías que las de los restaurantes de servicio completo, lo que sugiere que no sólo los primeros deberían ser objeto de atención cuando se aborda la sobrealimentación y obesidad. “La comida rápida ha estado siempre en el punto de mira como el objetivo para el cambio de dieta, sin embargo, el trabajo previo del equipo ha desvelado que hay que poner el foco también en el resto de restaurantes a la hora de luchar contra la obesidad”, afirma Susan B. Roberts, autora principal del estudio, que subraya que es común comer fuera de casa, “pero es importante tener en cuenta que es fácil comer en exceso cuando vamos a un restaurante”.

El estudio midió también el contenido calórico de las comidas pedidas con más frecuencia de 111 restaurantes de restaurantes fast food de Brasil, China, Finlandia, Ghana e India. Los datos fueron comparados con los restaurantes de los Estados Unidos y se puso de manifiesto que el consumo de calorías fue menor sólo en China; en general la comida rápida tenía menos calorías que las de primero y segundo plato.

Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad global casi se ha triplicado en las últimas cuatro décadas y esta investigación deja claro que sería una buena medida reducir las porciones de comida a 600 calorías, tal y como señalan las recomendaciones recientes de salud pública. «Dado que tres comidas y uno o más tentempiés entre comidas, las grandes porciones de los restaurantes deben examinarse más a fondo por su posible papel en la epidemia mundial de obesidad», apuntan.