GEMA ROMERO.- Todo el mundo ha estado en alguna reunión tremendamente aburrida y no ha dejado de bostezar, disimuladamente, o se ha puesto al volante en un viaje largo y le ha entrado el sopor, o incluso se ha quedado dormido leyendo algún sesudo estudio. La relación empírica está clara: tenemos tendencia a quedarnos dormidos cuando nos aburrimos. A nivel científico, los mecanismos cerebrales que regulan el sueño en función de factores cognitivos y emocionales no se conocen bien. Sin embargo, un estudio publicado por la revista Nature Communications puede explicar esta tendencia a quedarnos dormidos en ausencia de estímulos, como por ejemplo cuando nos aburrimos.

Investigadores del Instituto Internacional de Medicina del Sueño de la Universidad de Tsukaba (Japón) y del Departamento de Farmacología de la Facultad de Ciencias Médicas Básicas de la Universidad de Fudan (China) han descubierto que una parte del cerebro que está asociada a la motivación y el placer -el núcleo accubems- también puede producir sueño cuando no hay estímulos.

Utilizando técnicas quimio-genéticas y ópticas para controlar remotamente las actividades de las neuronas del núcleo accubems y los comportamientos que producen, el equipo japonés-chino descubrió que estas neuronas tienen una gran capacidad para inducir el sueño de onda lenta, principal componente del sueño natural, caracterizado por ondas cerebrales lentas y de alto voltaje.

“La adenosina es un gran candidato para evocar el efecto de sueño en el núcleo accumbens», señala Yo Oishi, autor principal de este proyecto. Desde hace tiempo se sabe que la adenosina representa un estado de deficiencia relativa de energía e induce el sueño a través de los receptores de adenosina. Un subtipo específico de receptores de adenosina, los receptores A2A, están muy presentes en el núcleo accumbens. De hecho, la cafeína, el psicoestimulante más consumido en el mundo, produce su efecto de excitación también en el núcleo accumbens al bloquear los receptores A2A.

Aplicación práctica

Más allá de evitar bostezar delante del jefe, los compuestos que activen los receptores A2A en el núcleo accumbens pueden abrir vías terapéuticas para el tratamiento del insomnio, uno de los problemas más comunes del sueño con una prevalencia estimada del 10-15% en la población general y del 30-60% en la población mayor.