GEMA ROMERO.- Desde hace seis meses, la práctica avanzada de enfermería el hospital San Joan de Déu de Barcelona cuenta con su propio modelo para certificarlo. Un modelo que implica el reconocimiento social, profesional, pero también económico de las enfermeras que realizan práctica avanzada en el centro.
Como explica Inma Rodríguez, adjunta a la dirección de enfermería del hospital, “la práctica avanzada es una enfermera que es tan experta en paciente agudo o en la atención al paciente crónico que se conoce tanto al paciente, su perfil, sus necesidades, que le permite desarrollar un rol cada vez más autónomo, con una atención muy personalizada, le permite detectar riesgos, incluso un margen para regular tratamientos. Tiene capacidad para liderar su consulta, es una enfermera capaz de ir más allá”, destaca.
Criterios
Sin embargo, no es suficiente con pensar que se hace práctica avanzada, para que en el San Joan de Déu le reconozcan este rol “debe cumplir los criterios primarios, los complementarios del modelo Hamplic, ocupar un puesto de trabajo que realmente requiera una enfermera de práctica avanzada, pasar el IDREPA autoadministrado y también evaluado por el mando superior, que confirme que eres una enfermera de práctica avanzada por la actividad que estás llevando a cabo”.
Entre los criterios primarios se incluye tener formación específica a nivel de máster o especialidad, experiencia mínima de tres años en el ámbito, así como experiencia en investigación. Entre los criterios secundarios estarían la práctica clínica directa desde una perspectiva holística al paciente y su familia, además de experiencia docente y liderazgo clínico y profesional.
Un proceso arduo y complejo, pero con el que quieren dotar de rigor y objetividad al reconocimiento de esta práctica avanzada. “Es algo que requiere esfuerzo, no te lo damos, te lo ganas por ser este tipo de profesionales expertos y avanzados, con dominios en la atención donde aportan valor”, subraya Rodríguez.
Procedimiento
“La enfermera candidata a práctica avanzada se autoevalúa con el IDREPA. Tiene que tener el resultado positivo en los cinco dominios que evalúa este instrumento, pero eso sólo no es suficiente. Su puesto de trabajo también tiene que requerir que lo ocupe una enfermera de práctica avanzada. No es lo mismo pensar que yo hago práctica avanzada a que me digan que mi puesto lo requiere”, cuenta la adjunta a la dirección de enfermería.
Y es que el modelo que han puesto en marcha no será para todos los puestos. “No tendría sentido que todas las enfermeras de una institución fueran de práctica avanzada, pues se desvirtuaría todo el valor que puedan aportar”. Por ello están elaborando un mapa de práctica avanzada para definir en qué áreas o servicios es necesaria esta figura.
Así, una vez que pasa el IDREPA, y este cuestionario es validado por su superior inmediato, “han de elaborar un protocolo operativo estandarizado, que es un documento tipo memoria en el que definen, con una guía que hemos realizado de temas, toda la actividad que llevan a cabo como enfermeras”.
Este documento han de presentarlo junto a una solicitud en la dirección de Enfermería, aportando el IDREPA y toda la documentación que acredite los méritos de su curriculum. Toda esa documentación pasa por un comité evaluador formado por todas las direcciones del hospital e incluye una presentación por parte de la enfermera, a modo de resumen.
Triple reconocimiento
Si finalmente se reconoce que es una práctica avanzada de enfermería en el hospital San Joan de Déu se hace un reconocimiento social, porque hacen un comunicado para el hospital, donde se informa que esta persona se ha certificado como enfermera de práctica avanzada; un reconocimiento profesional, pues en su tarjeta identificativa se incluye este rol; y un reconocimiento económico, que perciben en su nómina.
Pero no se trata de algo para siempre. Al año han de presentar resultados, pues dentro del protocolo que han de presentar se incluyen indicadores que miden el impacto de esa atención enfermera avanzada. Así, “cada año deben presentar una memoria actualizada, con resultados. Así, hasta el quinto año, cuando tienen que hacer una recertificación”, explica Rodríguez.
“Lo que tratamos de hacer -añade- es que reconozcamos el valor de la práctica avanzada, que consigamos monitorizar datos de esos indicadores que miden el impacto que tienen la práctica avanzada enfermera en paciente, familia, salud, experiencia… y que les vayamos dando es formación continuada, planificada y que vayamos mejorando para ir adaptando nuestros conocimientos y que estos se adapten a los pacientes y sus familias que también son muy cambiantes”, destaca.
Primera enfermera acreditada
Desde su puesta en marcha, en septiembre de 2021, ya cuentan con la primera enfermera de práctica avanzada. Otra está a punto de concluir el proceso y cinco más lo han iniciado. “Creemos que, en 2022, tendremos unas 10 enfermeras de práctica avanzada certificadas”, señala la adjunta a la dirección de enfermería.
Carmen Yoldi Vergara, enfermera con más de 20 años de experiencia en pacientes con diabetes 1 ha sido esa primera enfermera acreditada. Como explica a DiarioEnfermero.es “el cuidado experto que imparto se centra en capacitar a los pacientes y sus familias para facilitar que asuman su autocuidado y mejorar su percepción de calidad de vida”.
“El hecho de ser la primera enfermera acreditada como EPA en el hospital me hace estar orgullosa, no tanto por ser la primera, sino porque se abre camino a un reconocimiento del trabajo y de la calidad en los cuidados que facilitamos las enfermeras y el valor que esto aporta en la atención a los pacientes y sus familias. Estoy segura de que pronto serán muchas las compañeras enfermeras que conseguirán esta acreditación”, señala Yoldi.
A su juicio, “el proceso para lograr la acreditación de EPA también ha sido laborioso, pero ilusionante y gratificante. Requiere recoger todas las actividades que se realizan en la práctica asistencial, en la gestión que implica la atención a los pacientes y sus familias, la formación específica, las colaboraciones interprofesionales, la participación en el ámbito de la investigación y la docencia y otras actividades de liderazgo…”, pero le ha permitido” conseguir un reconocimiento reclamado por las enfermeras desde hace años”.
Beneficios
Como cuenta esta enfermera “se ha demostrado que la intervención de la EPA reduce el número de consultas a urgencias, el número de ingresos hospitalarios, mejora la adherencia y reduce el riesgo de desarrollo de complicaciones futuras. Sin embargo, “todavía carecemos de una acreditación con criterios unificados en nuestra comunidad autónoma y en todo el Estado español”. Por ello desde el San Joan de Déu sostienen que “debemos seguir luchando para que la Administración genere el reconocimiento de la figura de la enfermera de práctica avanzada con criterios unificados, no sólo en Cataluña sino a nivel nacional”, concluye.
Que diferencia existe entre una enfermera especialista y una enfermera de práctica avanzada?