MARÍA ALCARAZ.- La tasa de hipotermia en las personas que son ingresadas en unidades de reanimación es del 50% en pacientes que se han sometido a una cirugía. Y aplicar un precalentamiento quirúrgico 10 minutos antes de la intervención reduce esta tasa de hipotermia y, por tanto, mejora la experiencia del paciente. Así queda reflejado en el artículo ‘Precalentamiento quirúrgico, ¿mito o realidad?’, publicado en la revista ROV Enfermería.
Sus autor, el enfermero Miguel Mayoral junto a un equipo multidisciplinar, explora cómo el uso de herramientas como una bata de calentamiento “evita la pérdida de calor del paciente por radiación durante los traslados” y por tanto esto tiene un impacto positivo. “Mantener la temperatura es un punto clave en el momento de aplicar la anestesia. La temperatura es uno de los factores clave que decidirán la facilidad del manejo de la normotermia intraoperatoria”, indica.
Ventajas del precalentamiento quirúrgico
La ya mencionada hipotermia preoperatoria, es decir, cuando el cuerpo de un paciente tiene una temperatura central inferior a 36 grados, deriva más tarde en complicaciones tanto para el paciente como el hospital. Los investigadores ponen como ejemplo que esto puede llegar a aumentar en 2,6 días la estancia promedio de hospitalización, aumentar el tiempo de recuperación postanestesia o el aumento de las tasas de mortalidad.
Asimismo, recuerdan que estas complicaciones implican un incremento de los costes hospitalarios, pues se necesitan más recursos tanto humanos como materiales.
Reducción de complicaciones
Siguiendo con las ventajas que tiene este proceso en la reducción de complicaciones, el artículo cita un estudio de 2020 centrado en la reducción concreta de efectos adversos. Esta investigación indicó que utilizar reduce las infecciones de la herida quirúrgica en un 63%, reduce los eventos cardiacos mayores en 24 horas en un 77,5% y reduce los escalofríos postoperatorios en un 68,2% de las ocasiones. Otra investigación del mismo año probó que, además, estas técnicas pueden reducir en un 40% el riesgo de sufrir infección del sitio quirúrgico.
Sobre qué se debe abordar en España para mejorar estos datos, los autores comentan que el principal desafío que se tiene por delante es “la elaboración de un protocolo a nivel de recursos hospitalarios con su formación correspondiente al personal implicado para incrementar su adherencia’. Y, para terminar, incentivan el uso de la bata de calentamiento para este proceso. “Facilita el proceso pues el paciente viene con ella colocada desde la planta. Esto impactaría en la temperatura del paciente en el momento de la inducción de la anestesia, siendo esta temperatura uno de los factores clave que decidirán la facilidad del manejo de la normoterapia intraoperatoria”.