GEMA ROMERO.-Tras 254 días de Gobierno en funciones, por fin hay un nuevo titular al frente del Ministerio de Sanidad: Salvador Illa. De las 7 de denominaciones que ha tenido el ministerio del Paseo del Prado en la historia de nuestra democracia reciente, será la primera ocasión en la que se dedicará en exclusiva a la Sanidad, aunque también es la primera vez que hay un Gobierno de coalición en nuestro país, lo que ha propiciado la fragmentación. Suya será la principal responsabilidad de gestionar los temas pendientes que tiene la profesión en este año de la enfermería: precariedad laboral, especialidades, prescripción enfermera o gestión, entre otros.

Lo primero que deberá conformar Illa a su llegada al ministerio será tanto el organigrama como el equipo que trabajará con él y aquí llega la primera petición de la enfermería: que en el propio Ministerio de Sanidad se cree el cargo de directora general de Cuidados -al igual que ya han hecho varias comunidades autónomas-, para que haya una enfermera asesorando en todas las políticas y campañas que ponga en marcha.

Para Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “Salvador Illa tiene un reto importantísimo por delante: conseguir que la Sanidad mantenga sus cotas de eficacia y seguridad. No olvidemos que la sociedad ha cambiado enormemente en los últimos años y en la actualidad está marcada por una población envejecida que convive con una o varias enfermedades crónicas. Y para poder dar respuesta asistencial a esta nueva realidad social, el nuevo ministro va a tener a su lado a las enfermeras, que es la profesión experta en el cuidado”, ha señalado.

Por este motivo le ha pedido que “cuente con la profesión enfermera porque nos puede tener como aliados tanto para abordar y finalizar todos los proyectos que están todavía pendientes, como para poner en marcha cualquier medida que esté dirigida a mejorar la calidad de la asistencia sanitaria y la seguridad clínica de los ciudadanos, y a conseguir los mejores cuidados posibles para los pacientes. Espero tener la ocasión de reunirme cuanto antes con él y trasladarle todas las iniciativas, proyectos y retos pendientes de resolver”.

Sanidad, al margen

Tanto al Gobierno de PSOE y Podemos como al resto de partidos políticos, desde el CGE hacen una petición expresa: que la sanidad española quede fuera de cualquier conflicto político. “Pedimos que en todo aquello que afecte a la Sanidad, se apueste por una política de Estado y sus esfuerzos se centren en garantizar el derecho fundamental de todos los ciudadanos a ver atendidas sus necesidades sociosanitarias”. Para Pérez Raya “resulta imprescindible tener un sistema sanitario fortalecido, con una gestión que priorice siempre la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes frente a cualquier otro interés económico, político, ideológico o corporativista”.

Año de la enfermería

En este año 2020, que la Organización Mundial de la Salud ha declarado Año Internacional de las Enfermeras y Matronas, “se hace necesaria una apuesta firme y decidida por la profesión más numerosa de nuestro sistema sanitario. Además, esperamos seguir contando con la ayuda e implicación del Ministerio en el desarrollo de la iniciativa Nursing Now, así como en todos los proyectos que vamos a llevar a cabo a lo largo de nuestro año mundial”.

Para empezar, desde el CGE consideran que “es necesario adaptar el número de enfermeros y enfermeras a las necesidades asistenciales reales de los ciudadanos. Porque no debemos olvidar que nuestra sanidad tiene que dar respuesta a un futuro marcado por una población cada vez más envejecida, con una esperanza de vida que va en aumento y un incremento exponencial de pacientes crónicos. Circunstancias todas ellas que hacen necesario que dejemos atrás el actual sistema centrado de forma exclusiva en el CURAR para dar un giro estratégico hacia otro modelo centrado en el CUIDAR y así poder garantizar la asistencia y la calidad de vida de las personas”, subraya el presidente de los enfermeros españoles.

“No debemos olvidar que hemos pasado de un modelo de atención al paciente agudo a otro modelo de atención al paciente crónico, ante lo cual, el papel proactivo de las enfermeras y enfermeros es crucial, en especial, en el primer escalón de la sanidad pública, la Atención Primaria de salud”. Algo que incluso ha destacado la Comisión Europa en su reciente informe sobre el “Estado de la Salud en la Unión”.

A este respecto también es necesario el desarrollo de la profesión enfermera en el ámbito laboral con una política de recursos humanos que trabaje “para erradicar la indignidad, casi esclavitud, de los contratos temporales y mejorar las condiciones laborales de todos los profesionales incluyendo, por supuesto, los salarios”. Es necesaria una política que “fomente la formación continuada, la investigación, así como la necesaria conciliación de la vida laboral y familiar”, ha destacado Pérez Raya.

Prescripción enfermera

En octubre de 2019 se cumplía un año de la aprobación del Real Decreto de prescripción enfermera, y sin embargo, todavía más de la mitad de las comunidades autónomas no han aprobado el procedimiento para acreditar a las enfermeras para la acreditación. Desde el CGE destacan que, “aunque es cierto que se trata de una competencia autonómica, desde el Ministerio de Sanidad se debería instar a las consejerías a cumplir con la normativa en el menor plazo posible para que las enfermeras puedan trabajar con plena seguridad jurídica en las múltiples actuaciones y decisiones respecto a fármacos y productos sanitarios que llevan a cabo cada día y para que los pacientes puedan verse beneficiados de todo el potencial asistencial enfermero”.

“También esperamos -señala el presidente de los enfermeros españoles- que con el cambio de ministro y los sucesivos nombramientos no se retrasen, aún más, los trabajos de la Comisión de Protocolos y Guías de Práctica Clínica y Asistencial donde, en el seno del Ministerio, estamos trabajando los consejeros generales de enfermeros y médicos, junto a las comunidades autónomas, para armonizar la aplicación de la prescripción enfermera en todo el Estado”.

Especialidades

Para la profesión también es crucial desarrollar de forma definitiva todas las especialidades de enfermería. Aprobadas hace más de 14 años, sólo se ha desarrollado de forma completa la especialidad de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (matrona). De las otras seis, Enfermería en Cuidados Médico-Quirúrgicos, hoy por hoy, es inexistente: no tiene aprobado su programa formativo.

Además, ni todas las comunidades autónomas tienen implantada la categoría laboral de enfermero especialista, ni solicitan plazas de formación por la vía de residencia para todas las especialidades. Un problema endémico es que, una vez formados los especialistas, la administración no crea las plazas asociadas a esa especialidad, de manera que el que tiene un título de especialista en Geriatría, por ejemplo, no ocupa un puesto catalogado como tal o incluso desarrolla su labor en cualquier otro servicio clínico como cardiología o nefrología.

El Consejo General califica esta práctica de “fraude de Ley” al destinar recursos públicos para formar a unos especialistas que no trabajan como tales en el marco del sistema sanitario, desaprovechando todo su potencial asistencial. Pese a todo esto, en la última oferta formativa se han convocado 1.463 plazas, pero están admitidos casi 12.000 enfermeros para la realización de la prueba, lo que demuestra el compromiso de la profesión por formarse como especialistas para mejorar los cuidados que prestan a los ciudadanos.

Como recuerda Pérez Raya, “el futuro de la sanidad pasa necesariamente por el desarrollo de la enfermería; no hay otro camino ante una sociedad que exige unos cuidados cada vez más complejos. Ante este escenario sólo cabe una apuesta firme y decidida por la profesión enfermera y esto implica el desarrollo de profesionales especializados que puedan dar más y mejores respuestas a las necesidades de los pacientes”.

Así, promover la creación de la categoría de enfermero especialista en todos los servicios de salud, regular sus funciones específicas, vincular la especialidad con los puestos asistenciales, creando plazas de especialistas en aquellas áreas donde es verdaderamente necesario, realizar la prueba de evaluación de la competencia de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria o establecer los Diplomas de Acreditación y los Diplomas de Acreditación Avanzada son sólo algunos ejemplos de todo lo que queda pendiente.

Nuevos roles

Para garantizar la mejor atención a la población no sólo son necesarios enfermeros especialistas, también hay que apostar por el desarrollo e implantación en toda España de nuevos roles enfermeros en la asistencia sanitaria y en educación para la salud. “Se trata de aprovechar al máximo la preparación técnica, profesional y científica de la enfermería española para dar respuesta a las necesidades asistenciales y socio sanitarias de una población cada vez más envejecida y al aumento de pacientes crónicos. En definitiva, una apuesta no solo por la enfermería, también por la sostenibilidad del sistema sanitario”, afirma el presidente de los enfermeros españoles.

Entre estos nuevos roles también ha de situarse la presencia destacada de la enfermería en el desarrollo de un proyecto de Gestión Clínica que introduzca la profesionalización en base a méritos, conocimientos y competencias, apostando, ante todo, por la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes. “Queremos una verdadera profesionalización de la gestión clínica. Con un proyecto acorde a la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarios, que apueste por el liderazgo en base al conocimiento y la experiencia, que se sustente en los profesionales que conforman dicha asistencia sin ningún tipo de discriminación o cortapisa con respecto a su titulación como sucede hoy día con la enfermería”, ha señalado Pérez Raya.

Apostar por una enfermería escolar que garantice una buena educación sanitaria de base en la población desde la infancia o la investigación enfermera son otras medidas que reclama la profesión. Sin olvidar la prevención de las agresiones a profesionales o la elaboración de una normativa específica que mejore la protección del personal sanitario frente al riesgo en la manipulación de medicamentos peligrosos. Temas todos ellos que, desde el Consejo General de Enfermería esperan ver solucionados a lo largo de esta legislatura.