RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Se sabe que las caídas de los pacientes en el entorno hospitalario son un efecto adverso que puede complicar la evolución y alargar su estancia en el centro. Son, además, un indicador negativo por el que se mide a las enfermeras y enfermeros que trabajan en este ámbito.

Datos parciales

Las caídas son un hecho, sin embargo, no existen suficientes datos que permitan cuantificar el problema. Como explica María Eugenia Pinar, directora de Enfermería del Hospital Universitario Príncipe de Asturias Alcalá de Henares Madrid, “desde 2019, aproximadamente, países como Estados Unidos están trabajando en conocer el impacto de las caídas en el entorno hospitalario, no así en Europa ni aquí en España”.

Si no se conoce el problema, difícil ponerle solución. De ahí que hace ya unos meses, dos enfermeras de este hospital, María Victoria Soriano y María Ángeles Gómez, impulsaran un ambicioso estudio, INCAES, Estudio Nacional de Incidencia de Caídas en España, al que están invitados a participar todos los hospitales del ámbito nacional. “En este momento, contamos con casi cuarenta hospitales de distintas CC.AA. y nos gustaría que siguieran sumándose nuevos centros. Esta investigación supone una oportunidad de oro para conocer cuál es la realidad y, a partir de ahí, adoptar medidas dirigidas a la prevención”, subraya María Eugenia Pinar, quien agradece al Consejo General de Enfermería y a su Instituto de Investigación su apoyo al proyecto.

Resultados

Aunque se espera obtener los primeros datos en el plazo de un año, los concluyentes no llegaran antes de dos. La idea, señala la directora de Enfermería del Príncipe de Asturias, es conocer la situación, implementar medidas dirigidas a la prevención y repetir el estudio cinco años más tarde para saber si se produce una reducción en el número de casos.

Cómo prevenir las caídas

Reducir las caídas no es a priori complejo y basta poner el foco en cuestiones como revisar la medicación que el paciente toma cuando ingresa en el hospital, ya que muchas veces las caídas son fruto de un cóctel de fármacos con efectos a nivel motor; que haya siempre una luz encendida en las habitaciones; colocar las barandillas de las camas cuando el paciente esté agitado; asegurarse de que la altura de la cama es la adecuada; comprobar que el suelo no está húmedo; evitar que sillas y alargaderas entorpezcan el paso y revisar el calzado. Sobre esto último, señala María Eugenia Pinar cómo “hace unos años, por ejemplo, dábamos a los pacientes unas zapatillas de felpa que luego comprobamos no sólo no facilitaban la movilidad sino que la entorpecían. Debemos cuidar estos detalles”. A veces, concluye, “es tan sencillo como tener una ‘check list’ para comprobar que todo está en orden en la habitación del paciente”.