RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Unos 10 millones de personas se han infectado por COVID en nuestro país y de ellos se estima que el 10% presenta lo que se conoce como COVID persistente. En muchos de estos casos, se trata de síntomas leves, sin embargo, no por ello hay que restarles importancia ya que afectan de forma importante a la calidad de vida de quienes la padecen.
Se han descrito hasta 200 síntomas diferentes relacionados con el COVID persistente, síntomas que a veces el paciente ni siquiera relaciona con la infección ya que pueden aparecer incluso tiempo después.
Con el objetivo de ayudar a estos pacientes, desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) se ha elaborado un documento de consenso en el que han participado enfermeras, médicos, psicólogos, farmacéuticos y, por supuesto, los propios afectados.
Definir para identificar
Este documento parte de la definición de COVID persistente con síntomas leves para, a partir de ahí, entrar ya en esa variabilidad sintomática asociada y en las claves de su manejo. Así ha explicado Jaume Pey, director general de Anefp, en qué consiste: “una vez hemos superado la infección y tenemos una prueba diagnóstica negativa, a largo plazo, continuamos teniendo síntomas y nos parece que seguimos teniendo la enfermedad. En el caso de Ómicron, por ejemplo, la OMS ha destacado como síntomas de COVID persistente la fatiga, la tos y la dificultad para recordar”.
Contar con una definición clara de la enfermedad es esencial para poder identificar a estos pacientes e iniciar un tratamiento que, a menudo, se basará en el autocuidado. Para ello, es importante que sean los profesionales sanitarios quienes les valoren y les den las pautas para hacerlo correctamente. Las enfermeras son esenciales en ese proceso de identificación, cuidado del paciente y educación para la salud. Como ha explicado José Luis Cobos, vicepresidente III del Consejo General de Enfermería, una de las instituciones que han apoyado este documento: “somos el mayor colectivo sanitario. Las enfermeras estamos las 24 horas del día los 365 días del año con los pacientes y nuestro papel es fundamental, como recoge la ley, en la dirección, evaluación y prestación de los cuidados. Por eso, el caso de los pacientes con COVID persistente es para nosotros muy cercano y podemos tratarlo incluso mediante la indicación de ciertos medicamentos que nos pueden ayudar en su abordaje”.
Formación, investigación e infraestructuras
José Luis Cobos ha destacado también la importancia del trabajo multidisciplinar y ha hecho un llamamiento a la Administración para que no deje caer toda la responsabilidad en manos de la buena voluntad de los profesionales: “el documento que hoy presentamos debe ser una lección para nuestros políticos y responsables sanitarios. A lo largo de la pandemia, hemos tenido muchas incertidumbres y lo que venimos a hacer ahora, con este trabajo, es buscar soluciones para lo que viene ya. Hay muchas personas que durante mucho tiempo van a padecer síntomas leves, físicos o psicológicos, asociados al COVID y que con pequeñas indicaciones, pautas y algunos medicamentos se pueden tratar. Insisto en que la Administración debe ser consciente de estos hechos y poner a disposición de los profesionales las herramientas suficientes”. Y eso se traduce, ha añadido, en apostar por la investigación y la formación así como en dotar de infraestructuras a los profesionales, potenciando, por ejemplo, la Atención Primaria, con consultas específicas para el manejo de estos pacientes.
Vivir con COVID persistente
En la elaboración del documento no ha faltado la perspectiva del paciente, esencial cuando de verdad se quiere que este sea el eje de la atención. Este colectivo ha estado representado por las asociaciones Long COVID ACTS cuya coordinadora, Mª Eugenia Díez, ha explicado lo que representa vivir con este problema: “quienes padecemos COVID persistente nos entendemos entre nosotros, siempre decimos que hay que vivirlo para entenderlo porque la gente te ve bien exteriormente y no se da cuenta de lo que realmente es. Yo me canso al subir escaleras, me duele mucho la cabeza… actualmente, tengo unos 20 síntomas diferentes y eso afecta a mi calidad de vida. No he vuelto a leer un libro porque no entiendo los textos, me he vuelto monotarea porque no proceso varias conversaciones a la vez, no me podido volver a hacer gimnasia debido a las taquicardias que padezco… ha modificado mi vida en su sentido más amplio”.
Esto hace, por ejemplo, que muchos pacientes no sean capaces de desenvolverse en su puesto de trabajo y, por ello, piden una adaptación progresiva al mismo, pero no siempre es fácil, sobre todo, si se desconoce el problema o no existe conciencia sobre lo que representa. “No podemos pasar de 0 a 100 y no se nos puede exigir que volvamos haciendo las cosas como las hacíamos antes y eso todavía cuesta. De hecho, hay personas propuestas para que se les reconozca la incapacidad con mi edad, 42 años, e incluso más jóvenes”, reconoce Mª Eugenia Díez.
Este trabajo, asegura la representante de los pacientes, “no es una solución porque todavía no sabemos qué es lo que nos pasa ni cómo tratarlo pera al menos empezamos a ver la luz. Desde el principio hemos demandado un trabajo colaborativo en el que se contara con nosotros y hoy, por fin, esto es una realidad”.
Un Comentario
Nuria
Hola buenas tardes padezco covid persistente desde marzo de 2020 que me contagie y aun sigo con fatiga, cansancio, dolores de cabeza, dolores musculares, problemas digestivos, problemas gastrointestinales, mareos, vertigos……
y nadie me hace caso, solo me dicen que todo esta somatizado …estoy muy cansada ya de mi situacion , nadie me entiende..