REDACCIÓN.- Un nuevo estudio, publicado en la prestigiosa revista científica Science arroja algo de luz sobre el proceso que se desarrolla en la retina de los pacientes con retinopatía diabética. Este hallazgo podría dar lugar al desarrollo de tratamientos para una de las complicaciones más severas de la diabetes. Esta condición se caracteriza por una degeneración vascular y formación de nuevos vasos sanguíneos anormales en la reina que desemboca en una ceguera debido a que esa proliferación vascular afecta al nervio óptico que traslada la información visual de los ojos al cerebro.
El estudio, liderado por investigadores canadienses, demuestra que para detener esa proliferación vascular anómala los vasos sanguíneos aplican una serie de “frenos” a nivel molecular que llegan a activarse de una forma muy similar a como si fuera una versión acelerada del envejecimiento natural de las células. Esos mecanismos culminan en un proceso llamado senescencia celular que eventualmente provoca unas cicatrices en la retina.
Cuando se produce ese proceso de senescencia, los vasos sanguíneos producen unas moléculas inflamatorias que se convierten en el objetivo de unas células del sistema inmune llamadas neutrófilos. Aunque se pensaba que estos llegaban como la respuesta inicial del sistema inmune, el estudio muestra que los neutrófilos llegan más tarde, para ayudar a limpiar y remodelar los vascos sanguíneos dañados. Lo hacen a través de un mecanismo celular no convencional de liberación de trampas extracelulares de neutrófilos (o NETS) compuestas por su propio ADN en los vasos sanguíneos enfermos.
En términos más generales, los resultados de este estudio implican que la destrucción de los vasos sanguíneos senescentes conduce a una remodelación vascular beneficiosa. Por lo tanto, el estudio proporciona información sobre la función general de las células endoteliales y cómo predisponen a las poblaciones mayores a complicaciones como infarto de miocardio, aterosclerosis y accidentes cerebrovasculares.