IRENE BALLESTEROS.- Un equipo de enfermeras de distintas localidades españolas y liderado por Fernando Barroso, enfermero del complejo asistencial de Zamora, han llevado a cabo un proyecto de investigación para diseñar y validar un instrumento que mida las barreras específicas percibidas por las enfermeras en el uso de anestesia local infiltrada en la realización de gasometrías arteriales.
El proyecto, que lleva por título «Diseño y validación de un cuestionario de evaluación de barreras para la administración previa de anestesia en la Gasometría Arterial» busca mejorar la experiencia de los pacientes frente a una gasometría arterial. Una práctica que provoca dolor moderado en los pacientes y que tiene como objetivo detectar o evaluar posibles enfermedades respiratorias y padecimientos que puedan afectar a los pulmones. El uso de la anestesia en la práctica de esta técnica está recomendada y es beneficiosa para los pacientes, sin embargo, hay pocas enfermeras que lo lleven a la práctica. Los motivos distan unos de otros, y pasan por la falta de tiempo o la necesidad de una prescripción médica previa.
«La idea inicial del proyecto surge porque en mi trabajo diario realizo bastantes gasometrías arteriales. Solamente en el servicio de Urgencias de mi hospital, algunas compañeras infiltraban anestesia a la hora de realizar la gasometría. Esta práctica está recomendada por las principales sociedades científicas desde hace años como el método más efectivo para paliar el dolor producido por la gasometría, pero realmente es una práctica poco extendida. Cuando se ha preguntado a enfermeras por qué no la realizan las respuestas más habituales han sido falta de tiempo, necesidad de prescripción médica de la anestesia, necesidad de dar dos pinchazos, etc. Todo esto me llevó a plantearme cuáles eran las barreras de la enfermería para no infiltrar anestesia y desarrollar una herramienta que sirviera a los equipos gestores para detectar esas barreras en sus centros y trabajar para derribarlas. El objetivo del estudio es el diseño y validación de un instrumento de medida que evalúe las barreras específicas percibidas por las enfermeras relacionadas con el uso de anestesia local infiltrada previa a la realización de una gasometría arterial», explica Fernando Barroso, investigador principal del proyecto junto a Azucena González, enfermera y profesora de la Escuela de Enfermería de Zamora; Héctor González de la Torre, enfermero y profesor del departamento de Enfermería en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; Claudio Alberto Rodríguez, enfermero de la Unidad de Apoyo a la Investigación del Complejo Hospitalario Insular Materno Infantil de Gran Canaria y Beatriz Muñoz, bibliotecaria documentalista en el complejo asistencial de Zamora.
La administración de anestesia local infiltrada cuenta con los mismos riesgos que cualquier otro medicamento, en este caso, la dosis empleada es menor. «La administración de anestesia local infiltrada tiene los mismos riesgos que cualquier medicamento que administramos a los pacientes. Aunque la dosis administrada es muy pequeña, siempre hay que tener precaución e interrogar al paciente sobre las posibles alergias. Nos encontramos ya en la fase 2 del estudio y estamos tratando de lograr una muestra para realizar la validación. La idea es conseguir unas 700 enfermeras que respondan al cuestionario y que cumplan el criterio de inclusión que es haber realizado, al menos, una gasometría arterial en los últimos 30 días», sigue el enfermero.
Este equipo investigador comenzó hace dos semanas la recogida de datos, – con la ayuda de difusión del Colegio de Enfermería de Zamora – pero en los próximos dos meses espera obtener las respuestas necesarias para sacar conclusiones determinantes en el manejo de la anestesia en gasometrías arteriales.
Si eres enfermera y cumples con los criterios, participa a través de este enlace: https://ec.europa.eu/eusurvey/runner/Cuestionariogasometrias