ALICIA ALMENDROS.- “Lo primero que hago nada más llegar al centro de salud es ver los resultados de las PCR del día anterior para hacerme una idea de lo que me espera a lo largo de la mañana”, explica María Bermúdez, enfermera de uno de los centros de Salud del casco histórico de Toledo. Bermúdez trabaja como rastreadora en Toledo desde el 15 de mayo.
Y una vez tienen los resultados, comienza el rastreo. “Llamamos a los pacientes y les damos los resultados. La situación varía dependiendo de si tiene síntomas o no. A los positivos les pedimos primero que nos digan con quién vive que nos hagan una lista con las personas con las que hayan estado más de 15 minutos, a menos de dos metros y sin mascarilla en las 48 horas antes de comenzar con síntomas o del día que le hicimos la PCR y si han estado en algún sitio, en el trabajo, o algo así. Antes lo hacíamos conjuntamente en el mismo momento, pero ahora, como tenemos más casos que en verano, les doy mi email corporativo para que ellos se hagan la lista y me la manden. Necesito que pongan nombre, apellidos, teléfono, último día que estuvieron juntos y alguna observación, por ejemplo: son de Madrid o estos ya han contactado con su centro y les han hecho la prueba…”, comenta la enfermera. Y es, la conexión entre Toledo y Madrid hace que los rastreadores de ambas comunidades estén en contacto constante. “Pasamos a epidemiología de Toledo los datos y ellos se encargan de contactar con epidemiología de Madrid, o incluso hemos tenido que contactar con otras provincias como Córdoba. Aunque es cierto que en cuanto los pacientes avisan de que han estado en contacto con un positivo les hacen la PCR sin poner pegas”, añade.
La enfermera expone que al haber cada vez más casos su trabajo es más laboriosa. “Creo que los casos se han disparados porque la gente se ha relajado y la verdad que cada vez tenemos más positivos y por tanto más lío. Sobre todo, los compañeros de centros de salud que lindan con otras provincias”, argumenta. El rastreador es una puerta de entrada, pero al final todos trabajan en equipo. “Nos coordinamos con todos: hospitales, centros de salud… Es decir, si hay un caso grave lo remitimos al hospital o si llegan primero al hospital con síntomas nos los remiten a nosotros por medio de epidemiología para que hagamos el rastreo de convivientes. Al final es un trabajo conjunto”, resalta.