GEMA ROMERO.- Los mundos virtuales, como los SIMS o Second Life, pueden ser también una plataforma de aprendizaje para reunir a estudiantes de diferentes profesiones sanitarias y mejorar su comprensión del trabajo en equipo y la atención colaborativa del paciente. Así lo demuestra un estudio piloto dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts (Boston, Estados Unidos) y publicado en la revista Journal of Interprofessional Care.
La educación interprofesional (IPE) tiene como objetivo fomentar el aprendizaje y la colaboración entre estudiantes de distintas profesiones sanitarias, y así mejorar la atención al paciente. Sin embargo, programar el aprendizaje presencial entre estudiantes de diferentes carreras es una de las mayores barreras para implementarla. El estudio evaluó un entorno educativo virtual por su capacidad para proporcionar IPE en cuidados paliativos, que es multidisciplinar por naturaleza.
«IPE es una experiencia increíblemente valiosa para los estudiantes de profesiones de la salud, y se ha demostrado que los cuidados paliativos en equipo y en colaboración tienen un impacto real en la mejora de la calidad de vida y la atención al paciente, al tiempo que reducen los costes de la atención sanitaria», afirma Amy Lee, profesora asistente de Medicina Familiar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts y autora principal del estudio.
«El aprendizaje interprofesional es un componente crucial para la formación de profesionales sanitarios, pero a menudo es más fácil decirlo que hacerlo. Los desafíos que alinean los horarios de los estudiantes para reunirse físicamente y trabajar juntos son el obstáculo más comúnmente citado. La comunicación en tiempo real a través de un entorno virtual podría ayudar abordar este problema «.
Por ello, los investigadores crearon una experiencia IPE en la plataforma de realidad virtual Second Life. Treinta y cinco estudiantes de profesiones de la salud de nivel de posgrado se inscribieron en sesiones educativas en línea de dos horas, a su conveniencia, creando grupos de tres a seis estudiantes de diferentes profesiones y en múltiples ubicaciones geográficas. Los estudiantes provenían de cinco profesiones: enfermería, medicina, nutrición, fisioterapia y trabajo social.
El tema elegido fueron los cuidados paliativos debido a que sus cuidados son multidisciplinares por excelencia, pues los equipos de médicos, enfermeras, trabajadores sociales y otros cuidadores trabajan juntos para brindar al paciente y la familia el apoyo sanitario, emocional y logístico que precisan.
Tres actividades
El mundo de realidad virtual incluyó tres actividades de equipo en las que los estudiantes participaron usando un avatar, una representación digital de sí mismos. La primera actividad fue una búsqueda del tesoro en equipo, donde los participantes se comunicaron a través de mensajes de audio y mensajes de texto grupales y tuvieron que moverse juntos como un equipo de un lugar a otro. Esto permitió a los miembros del equipo trabajar juntos mientras aprendían a usar la tecnología del mundo virtual.
Después de la búsqueda del tesoro, fueron a una sala de examen para conversar con una paciente y su familiar sobre el manejo de los síntomas y las opciones de cuidados paliativos; aquí interactuaron con la paciente y su hermana, a través de audio en vivo mientras también se consultaban en silencio dentro del grupo con mensajes de texto. Los investigadores incluso desarrollaron una representación virtual de la experiencia del paciente, permitiendo a los estudiantes comprenderla mejor. El componente final fue un informe sobre la experiencia de realidad virtual.
Los investigadores utilizaron una serie de encuestas previas y posteriores a la sesión para evaluar cómo de efectiva fue la plataforma de realidad virtual para fomentar la colaboración en cuidados paliativos entre los estudiantes. Por su parte, los alumnos también presentaron reflexiones escritas y fotografías de su experiencia.
En general, los investigadores encontraron que el enfoque de realidad virtual para la educación interprofesional era cómodo y conveniente para que los estudiantes participaran y mejoraran sus actitudes sobre el valor de otros profesionales de la salud. Por su parte, los estudiantes valoraron especialmente la experiencia virtual con la paciente, que incrementó su empatía, así como por la capacidad de practicar de forma anónima y sin preocuparse por causar daño a un paciente o cometer errores durante el aprendizaje.
Entre los comentarios críticos, algunos alumnos expresaron cierta confusión por el desconocimiento de la plataforma virtual, así como falta de comunicación en persona y la capacidad de observar las señales del lenguaje corporal como inconvenientes para usar la realidad virtual para las interacciones simuladas del paciente.
«Los estudiantes salieron de este estudio con una serie de lecciones importantes, y nosotros como educadores también aprendimos algo sobre la enseñanza de habilidades de equipo en un entorno virtual», sostiene Lee. «Si bien se necesitan más estudios para comprender las mejores formas de integrar este tipo de experiencia de aprendizaje en los programas de estudios de grado, el entorno virtual abre una nueva posibilidad para eliminar algunas de las barreras para la atención colaborativa del paciente».