REDACCIÓN.- El Colegio de Enfermería de Alicante ha querido aprovecha la celebración el sábado, 8 de octubre, del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, para reclamar un mayor protagonismo e implicación de los profesionales de Enfermería en este ámbito. Un campo en el que las enfermeras y enfermeros tienen como ámbito de actuación a las personas con procesos crónicos avanzados y pronóstico de vida limitado y sus familias, tanto en el propio domicilio, en centros sociosanitarios y residenciales, centros escolares, como a nivel hospitalario. Así, reclaman un mayor protagonismo de las enfermeras cuidados paliativos.

Así lo indica la Organización Colegial de Enfermería de España en el documento Marco de actuación de las/os enfermeras/os en el ámbito de los Cuidados Paliativos, en el cual se añade que las enfermeras y enfermeros en el ámbito de los cuidados paliativos participan en el control de síntomas, garantizan los cuidados, aseguran el respeto por la autonomía y los derechos de la persona, ofrecen acompañamiento, respetan los valores y estilos de vida, atienden la singularidad, persiguen el bienestar, la calidad de vida, la continuidad de los cuidados, y el trabajo en equipo. Para ello se centran en todas las dimensiones del enfermo como persona, entendiendo que ésta tiene unas necesidades individuales, concretas y específicas del proceso de final de vida, en continuo cambio, evolución y complejidad, además de la atención a la familia durante todo el proceso de enfermedad y hasta después del fallecimiento, durante el proceso de duelo.

Desde el Colegio de Enfermería de Alicante, a través del vocal V de la Junta de Gobierno, Juan José Tarín, se quiere reforzar esta petición insistiendo en la demanda de creación de unidades específicas para atender a este tipo de pacientes.

Los profesionales de Enfermería en este ámbito deberían encargarse, tal y como demanda el Marco de actuación de las/os enfermeras/os en el ámbito de los Cuidados Paliativos, de:

  • Prestar, procurar y administrar los cuidados de enfermería de calidad que necesita una persona en fase de enfermedad avanzada y pronóstico de vida limitado y en la situación de últimos días, consiguiendo la mayor de calidad de vida para él y sus familiares.
  • Diseñar, planificar, ejecutar y evaluar programas y planes de atención basada en la evidencia aplicadas a la atención de personas en situación de enfermedad avanzada y/o final de vida, y sus familias.
  • Generar y promover la formación de las/los futuras/os enfermeras y enfermeros expertos y otras profesiones sanitarias para la atención a los pacientes en proceso de final de vida y sus familias.
  • Realizar y mantener diferentes líneas de investigación encaminadas a la mejora de la atención de personas en esta situación y a sus familias.
  • Gestionar los procesos de final de vida en el contexto hospitalario, residencial, sociosanitario y domiciliario.
  • Realizar y promover mejoras en la gestión de los diferentes dispositivos y recursos que atienden a personas con enfermedades avanzadas y pronóstico de vida limitado y sus familias, para garantizar su equidad, eficiencia, ética y orientación de la atención.
  • Garantizar los derechos de las personas en situación de enfermedad avanzada y/o final de vida, pronóstico de vida limitado y sus familias, a vivir este proceso de final de vida con la máxima calidad y confort, así como un mínimo de sufrimiento.

Antecedentes

El citado marco de actuación hace referencia a que el colectivo enfermero dedicado específicamente a los cuidados paliativos ha sido coprotagonista del nacimiento y desarrollo de esta modalidad asistencial desde sus inicios en España en la década de 1980, toda vez que era quien detectaba las carencias en los cuidados de soporte y tratamiento adecuado a personas cuya enfermedad ya no respondía a un tratamiento curativo sin que recibieran un adecuado manejo de síntomas, siendo generalmente infratratados por el sistema sanitario y por los propios profesionales.

Dicho documento hace referencia también al hecho de que el impulso definitivo de los CP vino de la mano de una profesional en Inglaterra, Cicely Saunders, de la que indudablemente hay que destacar su visión como enfermera, amén de su formación como trabajadora social y, posteriormente, como médico. Cicely Saunders catalizó en los años 70 todas las iniciativas dirigidas a implantar estructuras asistenciales para personas con necesidad de una atención paliativa, iniciando el movimiento “Hospice” que aún hoy perdura.