MARÍA ALCARAZ.- Evitar los turnos rotatorios entre las enfermeras mejora la calidad de la atención y cuidados de los pacientes en Urgencias. Así lo evidencia el estudio ‘Nurse and doctor turnover and patient outcomes in NHS acute trusts in England: retrospective longitudinal study’, publicado en la revista científica BMJ y que analiza la relación entre las turnicidades entre enfermeras y los resultados de salud.
Los investigadores explican que, en términos generales, la rotación “excesiva” de enfermeras no solo puede generar una escasez temporal de personal, sino que además compromete las condiciones del personal y la continuidad de la atención a los pacientes.
Aumento de gastos
Asimismo, mencionan como esta rotación excesiva conlleva la necesidad de contratar personal temporal, “lo que se traduce en un incremento de los costes para el hospital del 30%”. “Las elevadas tasas de rotación pueden afectar a la sostenibilidad financiera de los hospitales e, incluso, de los sistemas de salud”, aseguran e incluso advierten del riesgo de que eso derive en un “incremento de impuestos o la introducción de copagos”.
Para poder demostrar estos datos, los investigadores han analizado de manera concreta si la tasa de rotación de los profesionales sanitarios, en este caso del sistema sanitario británico, se asocia positivamente con los resultados de salud o incrementa el riesgo.
Han analizado la situación de los pacientes y enfermeras que han pasado por cuidados intensivos entre el 1 de abril de 2010 y el 31 de marzo de 2019; nueve años de análisis. En total, se analizaron los datos recopilados en 148 hospitales de 14.768 pacientes.
Reducción de las rotaciones
De esta manera, el estudio advierte que la turnicidad entre las enfermeras tampoco se puede reducir a cero, pues “podría ser inviable y contraproducente”, pero que “reducir los índices de rotación del personal hospitalario a niveles más bajos puede ser beneficioso y deseable”. Asimismo, el estudio concluye que esta reducción de la rotación de personal “puede mejorar la satisfacción laboral de las enfermeras”. Una satisfacción relacionada con la disminución del agotamiento y que revierte, en última estancia, en una mejora de la calidad de la atención prestada a los pacientes.
Además, los investigadores han hincapié en la necesidad de encontrar medidas para retener a los profesionales sanitarios en los hospitales, entre las que se encuentran mejores salarios, la retención de compañeros ‘clave’ en los hospitales o condiciones más allá de lo monetario mejoradas.
Para concluir, con los resultados se apremia a los gobiernos a dar prioridad a los aumentos salariales de las enfermeras pues la mejora de condiciones “puede suponer mayores beneficios para el paciente y un aumento de la retención de profesionales senior”.