ANA MUÑOZ.- En mundo en el que la cronicidad avanza y los recursos menguan, los hospitales adoptan cada día nuevas tecnologías enfocadas a mejorar su eficiencia y reducir los tiempos de espera. El llamado Big Data, o lo que es lo mismo, la gestión y análisis de enormes volúmenes de datos que no pueden ser tratados de manera convencional porque superan los límites y capacidades de las herramientas actuales, se posiciona como la clave para convertir los datos sanitarios en conocimiento y mejorar la gestión sanitaria.

El objetivo del Big Data en este campo  no es otro que facilitar la toma de decisiones de los profesionales, incluso en tiempo real, para mejorar los cuidados que se prestan al paciente. Conseguirlo nunca ha estado tan a nuestro alcance como ahora, que existen dispositivos móviles conectados a Internet. ¿Registrarán las enfermeras algún día en España sus observaciones en una tablet conectada directamente a la historia clínica electrónica?

El cuidado meticuloso de los registros enfermeros se remonta a los tiempos de Florence Nightingale, considerada precursora de la enfermería moderna y pionera, también, en el uso de estadísticas.

 Antecedentes

Durante la guerra de Crimea, a mediados del siglo XIX, Florence Nightingale ya copiaba a mano los registros que hacían los cirujanos de las operaciones realizadas a los soldados británicos, para identificar tendencias en las causas que les habían llevado a la muerte y proponer mejoras en los cuidados. Todas las medidas que introdujo, como el lavado obligatorio de manos, redujeron de manera notable la ratio de mortalidad en los hospitales militares británicos.

Esas primeras anotaciones tomadas a mano han evolucionado, con el paso de las décadas y el avance de la tecnología, en los sistemas de informatización modernos y, en último término, en las aplicaciones de registro para dispositivos móviles. Ver a una enfermera introducir las observaciones de sus pacientes en un dispositivo es ya muy común en países como Reino Unido, en cuya red de hospitales se está adoptando gradualmente el conocido sistema VitalPAC , que ya registra unos cinco millones de observaciones al mes a través de tablets. Este tipo de aplicaciones, conectadas en tiempo real a la red de datos del hospital, permiten el volcado automático al historial del paciente. En España existen algunas experiencias similares, pero en ningún caso su uso está generalizado.

Beneficios

“En los tiempos que corren, ya no es discutible la eficacia de las plataformas electrónicas en la gestión de los cuidados enfermeros, y si además incorporamos a estas sistemas de gestión del Big Data, damos un gran salto hacia la excelencia de los cuidados”, explica Juan Carlos Gómez, enfermero del Gabinete de Estudios del Consejo General de Enfermería.

A su juicio, los sistemas del tipo VitalPAC “inciden principalmente en dos importantes funciones enfermeras: la asistencial y la gestora; sin olvidarnos de que también aportan datos y análisis estadísticos para otras dos funciones: la investigadora y la docente”.

Helen Glenister, enfermera Jefa de Operaciones en la compañía fabricante del sistema VitalPAC, esboza en un artículo recientemente publicado en la revista Nursing Times cuáles son las principales ventajas de este tipo de sistemas de gestión del Big Data, destacando las siguientes:

  • Anticipación: permite a la enfermera anticiparse en los cuidados. El sistema crea automáticamente diagramas con las observaciones fisiológicas del paciente en base a las cuales saltarán determinadas alertas. Esas alertas tempranas evitarán que el trabajo se acumule. Además, permite mejorar los cuidados a medida que se van prestando, y no sólo a posteriori.
  • Cruce casi infinito de datos: incrementa exponencialmente la cantidad de información que se puede obtener de cada paciente, al cruzar una cantidad ingente de datos que sería imposible manejar de otra manera. Esto resulta muy útil, sobre todo, a nivel estadístico para detectar tendencias entre la población.
  • Mejor organización: facilita a la enfermera la organización de sus tareas. Le evita tener que consultar uno por uno el registro de observaciones de cada paciente para jerarquizar sus prioridades a la hora de trabajar, siendo el propio sistema electrónico el que le informa de las acciones más urgentes.
  • Gestión más eficiente de recursos humanos y materiales: permite organizar mejor al personal sanitario del hospital. Por ejemplo, si hay varios pacientes pendientes de recibir sus recetas antes de poder irse dados de alta, la enfermera supervisora puede distribuir los esfuerzos de su equipo para desbloquear esa situación. Además, permite gestionar los recursos materiales con más eficiencia, por ejemplo, las camas: el dispositivo no sólo registra lo que le ocurre al paciente, sino también dónde se encuentra éste físicamente, lo que permite conocer en tiempo real qué camas están vacías y cuáles ocupadas.
  • Más seguridad: estos sistemas protegen a las enfermeras frente a posibles acusaciones de negligencia. Si todas sus intervenciones han quedado registradas, ese registro sería una prueba de que prestó los cuidados necesarios al paciente. De manera consustancial, más seguridad para las enfermeras significa más seguridad para el paciente.
  • Análisis global de los datos. No por “parcelas”, como se ha venido haciendo tradicionalmente –por servicio, hospital o centro de salud-. La integración de toda esa información y la capacidad de explotación conjunta permite un conocimiento muy completo de la realidad.

En último término, todos estos efectos positivos se traducen en una reducción de las infecciones y la mortalidad.

Obstáculos

Juan Carlos Gómez señala dos problemas principales que podrían surgir en la implantación de estos sistemas. “El primero de ellos tiene que ver con las resistencias naturales a los cambios que, como seres humanos, pueden darse entre los profesionales de enfermería. No obstante, es un cambio de actitud alcanzable, ya que las nuevas tecnologías están plenamente implantas en nuestra vida cotidiana”, asegura. En este sentido, sería primordial que las aplicaciones de registro tuviesen un diseño cómodo y sencillo, “algo que se lograría recogiendo la experiencia y la opinión de las enfermeras que trabajan día a día”, asegura Gómez.

En segundo lugar, el enfermero pone el acento en el desembolso económico que tendría que hacer el sistema sanitario para llevar a todos los hospitales un sistema como el VitalPAC. Un gasto que, sin embargo, sería en realidad una inversión rentable, ya que los beneficios de gestionar mejor los recursos humanos y materiales serían, además de sanitarios, económicos, como señala Gómez: “Si evitamos los análisis cortoplacistas y miramos a un futuro a largo plazo, comprobaríamos que estas inversiones son altamente rentables, ya que disminuyen los costes económicos y sociales al reducir las iatrogenias, los eventos adversos, la mortalidad, etc.”.