GEMA ROMERO.- Seamos conscientes o no, lo queramos o no, la cronicidad va a condicionar nuestro sistema sanitario en los próximos años. Los datos sobre envejecimiento, esperanza de vida y prevalencia de enfermedades así lo demuestran. De hecho, la OMS sostiene que en 2020 las enfermedades crónicas supondrán más del 60% de la carga global. En nuestro país se estima que cerca del 80% del presupuesto anual de sanidad se destina a mayores de 65 años, que protagonizan seis de cada diez ingresos hospitalarios y el 33% de las urgencias. Por su parte, las dolencias crónicas acaparan ocho de cada diez consultas de Atención Primaria. Abordar esta situación y el papel que debe desempeñar la enfermería ha sido el objetivo de las jornadas que la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud, con la colaboración de Boehringer Ingelheim, ha desarrollado en Madrid, bajo el lema “La enfermería en la educación en salud de los pacientes crónicos”.
El presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, encargado de inaugurar la jornada, ha manifestado que “el fuerte incremento de las enfermedades crónicas unido al envejecimiento poblacional y la dependencia que lo acompaña, son suficientemente expresivos de la necesidad de caminar hacia el paradigma del cuidar. El objetivo es hacer a los ciudadanos más autónomos y responsables de su propia salud. Y esto, sólo lo pueden hacer los enfermeros. No busquemos vías alternativas y menos aún fuera del sistema sanitario público, como vemos que se está intentando por parte de alguna administración con las denominadas “farmacias comunitarias”.
Por su parte, Pilar Fernández, directora de la Escuela internacional de Ciencias de la Salud (EICS) ha asegurado que “no va a resultar sencillo cambiar el enfoque de nuestro sistema y dirigirlo hacia la atención a la cronicidad, pero es la única forma de seguir proporcionando una atención de calidad y que esa población envejecida con la que cuenta nuestro país, y que goza de una alta esperanza de vida, viva esos años extra con cierta plenitud y autonomía”.
Entre los ponentes, M.ª Lourdes Martínez, gerente de cuidados del SERMAS, en quien ha recaído la conferencia inaugural. Durante su intervención ha destacado el protagonismo de la intervención educativa de la enfermera en este marco de cronicidad. “Debemos dar respuesta a los cambios de la sociedad, de envejecimiento, de esperanza de vida, de hábitos saludables, de cronicidad, garantizando la sostenibilidad del sistema”.
Para Martínez, “nuestro sistema sanitario no puede limitarse al seguimiento discontinuo, asociado a las agudizaciones, de la enfermedad, y ello requiere el fortalecimiento de la Atención Primaria, con la reorganización de la atención, con la implicación de todos los niveles y reforzar el papel de la enfermería en el autocuidado”, ha señalado.
Así, el sistema debe orientarse a evitar hospitalizaciones y visitas a urgencias, salvo en descompensaciones graves, y para ello “se hace necesario facilitar mecanismos para garantizar el derecho de los pacientes a acceder a información comprensible, a programas de paciente activo y paciente experto, así como de apoyo al autocuidado”. Para la gerente de cuidados del SERMAS, también se deben “promover alternativas a la hospitalización tradicional, como la hospitalización domiciliaria, consultas y revisiones no presenciales”.
En este contexto cobra especial importancia la educación para la salud, como herramienta a todos los niveles para dar respuesta y coherencia a los problemas de salud. A este respecto, el papel de la enfermera en el acompañamiento es incuestionable, por su perfil de educadores de pacientes y cuidadores, ya sea a través del consejo o información, de la educación individual y de la educación grupal. Un rol que para Martínez ha de asumir la enfermera en su rol de formadora-educadora. “Perseguimos sustituir modelos paternalistas, para que el paciente tenga un papel más activo y controle la evaluación de su enfermedad, pues está demostrado que si el paciente participa activamente, nuestra intervención tiene más efecto que la simple transmisión de información”, ha subrayado. Todo ello sin olvidar que “cada paciente es único, y la forma de enfrentarse a su enfermera crónica también lo es”.
Educación para la salud y autocuidado
Entre las diferentes estrategias de abordaje a la cronicidad, el autocuidado es una de las medidas más costo-eficientes. Por ello, desde enfermería “tenemos que fomentarlo y tener en cuenta que la promoción y educación para la salud son claves”. Bajo esta premisa se ha desarrollado la primera mesa redonda, moderada por Juana Mateos, coordinadora de la Escuela Madrileña de Salud, donde se ha repasado el papel de la enfermería en la educación sanitaria en pacientes crónicos, desde el ámbito de la administración, desde Atención Primaria y de hospitalizada.
Así, para Carmen Jiménez, enfermera-técnico de la subdirección general de continuidad asistencial de la Comunidad de Madrid, “la clave está en saber enseñar”. Título de su intervención sobre cómo mejorar la capacitación de las personas para el cuidado de su salud. Para ello, en su ponencia ha repasado tres proyectos de la Comunidad de Madrid sobre educación para la salud que tienen el objetivo común de cambiar el rol del ciudadano y convertirlo en un paciente activo. El primero de ellos relativo al rol de la enfermera entrenadora en el autocuidado que establece cómo los profesionales deben llevar a acabo el proceso educativo, define su marco conceptual y el método de trabajo. También ha repasado el papel de la Escuela Madrileña de Salud, como espacio de participación y promoción de la salud en el que se facilita el intercamabio de experiencias entre todos los implicados.
Finalmente ha analizado el proyecto educativo para personas con EPOC y cuidadores, que busca proporcionar a los profesionales las herramientas y estrategias necesarias para que los pacientes se impliquen en su salud y la gestionen de forma adecuada.
Por su parte para M.ª Soledad Ochandorena, directora asistencial de enfermería del Área Noroeste, “la situación no es fácil, tenemos usuarios cada vez más exigentes, más informados, más preocupados. También hay cada vez más personas que viven solas. Tenemos un escenario cada vez con más pacientes, con un montón de herramientas, de recursos, pero con unos recursos humanos limitados. Tenemos unas agendas muy copadas y el modelo y dinámica de trabajo necesita cambios para dirigirnos al modelo de autocuidado”. Para esta directiva de Atención Primaria el cambio entre los profesionales también está costando: “al fin y al cabo, los profesionales también tenemos nuestras necesidades”, ha señalado. Su clave para avanzar: “compartir nuestras experiencias y dejar las huellas que otros puedan seguir”.
Finalmente, M.ª Jesús Alcázar, directora de Enfermería del hospital Infanta Sofía ha señalado que “tenemos que educar todos iguales, independientemente de los niveles o de dónde estemos”. A su juicio, también la enfermera de hospitalización debe dar formación al paciente, tanto al ingreso como previa al alta, “y tratar a nuestros pacientes crónicos, que son muy diferentes, como lo que deben ser: un paciente experto conocedor de su enfermedad”, ha señalado.
Para ello, ha subrayado la necesidad de profundizar en las figuras con las que ya cuenta la enfermería: gestión de casos, continuidad asistencial, práctica avanzada… En definitiva, enfermeras líderes en cuidados.
En la sesión de tarde, se ha hablado del rol de las redes sociales en la educación sanitaria de la población y se han expuesto varias experiencias muy novedosas puestas en marcha por la enfermería en enfermedades tan prevalentes como son la diabetes, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y las dolencias cardiovasculares. Las ponentes han explicado cómo aplicar novedosas estrategias para conseguir los objetivos en materia de educación para la salud y autocuidado para esas patologías tan comunes y en las que la colaboración y la actitud del paciente condicionará claramente su evolución.
Sonia López Palacios, directora asistencial Enfermería del Distrito Centro de Madrid ha puesto como ejemplo de iniciativa que ilustra la nueva era de la sanidad el Proyecto de mejora en la atención de personas con EPOC, “que implica contar con profesionales expertos, motivados y con talento para formar y trasmitir su experiencia y buen hacer a compañeros de otros centros. Cuando se trabaja en equipo la suma del trabajo en conjunto es mayor y más gratificante”.