ÁNGEL M. GREGORIS.- Inolvidable. Esta sería la palabra para definir la experiencia de nadar rodeado de tiburones ballena en el estado mexicano de Quintana Roo. A una hora en lancha de Punta Sam, estos animales pueden hacerte vivir una de los momentos más increíbles de tu viaje a la Riviera Maya.
Es el pez conocido más grande del mundo, puede llegar a medir hasta 12 metros y pesar más de 20 toneladas, pero, aun así, es completamente inofensivo para los humanos. Sumergirte a su lado te proporciona una adrenalina tan especial, que sólo por este momento ya merecen la pena las diez horas de vuelo hasta allí. Lo mejor del rato que se pasa nadando con ellos es que no estás dentro de un acuario, sino que te encuentras en mar abierto y, por lo tanto, pueden ir acompañados de bancos de peces y si tienes mucha suerte, incluso, de mantasrrayas.
Dependiendo del momento en el que se vaya a visitarlos (es recomendable que sea por la mañana que es cuando suben a la superficie a comer plancton), se pueden ver decenas de ellos juntos. Esta imagen, contemplada desde arriba de la embarcación, puede llegar a hacernos entrar en pánico, pero es necesario no pensar en miedos y saltar. Una vez en el agua sólo queda disfrutar de algo único. Aunque sólo alcanzan los cinco kilómetros por hora, el humano es más lento en el agua, por lo que si se quiere contemplarlos bien, hay que intentar nadar un rato a su lado hasta que se escapan.
Esta es una de las cientos de excursiones que ofrecen los turoperadores de la zona y que, sin duda, se convierte en imprescindible para aquellos que vayan a viajar entre mayo y septiembre, época en la que los tiburones ballena se dejan ver por estas aguas.
Chichén Itzá
Pero aparte de las playas paradisiacas, las sombrillas, los resorts, los buffet ilimitados y la barra libre en la piscina, Riviera Maya ofrece muchísimo más. Eso sí, para conocerlo es necesario salir del hotel y abandonar algunos días la vida de descanso y relax que muchos se proponen al llegar allí.
En primer lugar, es obligada la visita a la ciudad maya Chichén Itzá, una de las siete maravillas del mundo moderno y en la que se encuentra la famosa Pirámide de Kukulkán. Para llegar hasta aquí habrá que hacer un recorrido de unos 200 kilómetros y
lo más recomendable es estar en la puerta del recinto a las 8.00, hora en que abren las taquillas. Poder fotografiarse con el templo vacío de turistas bien merece un madrugón, sin ninguna duda. Y si la cosa va de pirámides mayas, no hay que dejar de visitar Ek Balam y Cobá. En estas, a diferencia de Chichén, de momento, sí se puede subir a las pirámides. La panorámica desde estos dos lugares, con toda la vegetación de fondo, es también un recuerdo para no olvidar del país.
Tulum
También esencial es pasear por la ciudad de Tulum, situada en la costa del mar Caribe y rodeada de un paraje que te atrapa. Al igual que en Chichén Itzá, hay que llegar pronto porque a medida que avanza el día comienza a estar intransitable.
Cenotes
Por último, y dentro de las visitas obligadas que hay que hacer, sobresalen los cenotes. Darse un baño en alguno de los miles que se encuentran en la zona nos permitirá disfrutar de un entorno diferente y que sólo existe aquí. El de Ik Kil, uno de los más famosos, es el que se utilizó para grabar una conocida competición de saltos y está equipado bastante bien para el turismo. Otros, más vírgenes, como el Palomitas y Aguadulce están menos masificados.
Río Secreto
Una forma diferente de conocer la península de Yucatán es bajo tierra. Esta experiencia se puede disfrutar visitando Río Secreto, un paseo por el inframundo maya. Recorrer los túneles llenos de estalactitas y estalagmitas y una fauna completamente diferente a la de la superficie nos permite observar como son las profundidades de la zona. Además, al apagar cualquier luz y tumbarse en el agua bocarriba se puede llegar a escuchar “el silencio” o como dicen allí “se siente lo mismo que cuando estás en la barriga de tu madre antes de nacer, la tranquilidad absoluta”.
Quinta Avenida
Y si después de recorrer la zona por arriba y por debajo de la tierra queda tiempo, siempre es agradable darse un paseo por la Quinta Avenida, en Playa del Carmen, donde se ubican centenares de tiendas, bares y restaurantes con productos típicos del país. Pero, ojo, esta es la zona turística y allí, en Riviera Maya, el regateo es una práctica muy habitual, por lo que, generalmente, no hay que pagar siempre al primer precio que te ofrecen.
En definitiva, Riviera Maya es un lugar para descubrir, siempre y cuando el plan no sea quedarse sólo a disfrutar del resort porque, para eso, ya está la costa española, que también tiene playas y calas tan bonitas o más que las de allí.