EUROPA PRESS.- La auxiliar de enfermería Teresa Romero, primera contagiada por ébola fuera de África, ha reconocido que «en ningún momento» dijo haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero Manuel García Viejo, repatriado a España tras infectarse en Sierra Leona, y ha admitido que cuando acudió al centro de salud con fiebre dijo que había atendido a pacientes con el virus.
En una entrevista al periódico ‘El Mundo’, Romero ha reconocido haberlo pasado «mal» -«¡Qué voy a decir», ha exclamado- pero, tras superar la enfermedad, asegura estar «muy emocionada», ya que es como haber «vuelto a nacer».
Sobre el motivo del contagio, la auxiliar considera que siguió el protocolo «como lo hacemos aquí -en el Hospital Carlos III donde trabaja y se encuentra ingresada- habitualmente» y niega ser la responsable. «Yo creo que no, no la tengo yo. ¡Cómo voy a ir a contagiarme el ébola aposta!», ha exclamado.
Asimismo, Romero ha admitido no recordar si, tras confirmarse el positivo por ébola y ser ingresada, fue entrevistada por el equipo médico que la atendía y dijo haberse tocado con el guante, como aseguró uno de los médicos. «En ningún momento lo he reconocido», ha aseverado.
La paciente, en cambio, sí ha relatado la última vez que entró en la habitación de García Viejo, cuando ya había fallecido. Durante ese día dice haber estado unos 50 minutos dentro cuando el misionero «ya se había ido» para «recoger toda la habitación» y doblar y precintar el colchón, sin un supervisor fuera que controlara sus movimientos como había sucedido en otras ocasiones.
«Tardamos bastante tiempo», ha reconocido Romero, lo que hizo que se encontrara «un poco agobiada, pero cansada no».
Durante la entrevista, Romero ha insistido en que desde ese momento se tomó la fiebre dos veces al día como establecía el protocolo -«si no se ha borrado, sí, lo tengo apuntado en el teléfono», puntualiza- y cuando se produjeron las primeras décimas acudió al centro de salud, donde advirtió de que había estado en contacto con pacientes con ébola. Y, pese a ello, la médico que la atendió sólo le mandó paracetamol. «Nada más», ha zanjado la auxiliar.
Por otro lado, la paciente considera que el consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez, es un «irresponsable» tras acusarle de haber mentido y haber cuestionado la dificultad de ponerse y quitarse los trajes de seguridad que necesitan, y pide que se exijan responsabilidades por la muerte de su perro.
«El animal es inocente, qué culpa tiene el animal que está en casa tranquilo y tienen que venir a cogerle y asesinar al perro», ha lamentado.