ÁNGEL M. GREGORIS.- Alejandro Blanco es enfermero, máster en Urgencias y Emergencias, y estos días trabaja como refuerzo en el Hospital Clínico San Carlos y Puerta de Hierro de Madrid. En momentos como este, en los que España se encuentra inmersa en la mayor crisis sanitaria de la historia, es fundamental contar con personal de apoyo para luchar contra el COVID-19. Lo que más le sorprende es lo poco concienciada que está la población con el tema de los EPI:
“Son fundamentales, nosotros podemos atender a los pacientes por tener estos equipos y me llama la atención que no estemos alerta con este tema. Sin ellos, no podemos entrar en contacto. Imagina que fuera un riesgo nuclear, todo el mundo lo tendría muy claro, pero aquí parece que nos da igual.
El ambiente que yo respiro es que estamos perfectamente capacitados para atender lo que está viniendo y tenemos personal suficientemente formado. Desde dentro, veo que todo el mundo está haciendo lo que tiene que hacer. Es cierto que la gente comenta que hay un problema muy grande con el teléfono que han puesto y al final tienen que acudir a urgencias.
No tengo miedo, esto pasa como con las heridas que la gente nos pregunta si nos da asco y yo respondo que trabajando se ve todo desde otro punto de vista.
Reconozco que con el tema de los aplausos tengo sentimientos encontrados. Al principio me pareció una chorrada monumental porque ningún enfermero nos hacemos enfermero para que nos aplauda nadie y lo veía como un poco cínico. Pensaba que lo que tenían que hacer era respetar un poquito más a los sanitarios y me gustaría pensar que cuando todo esto pase, saldremos reforzados en este respeto. Ahora lo veo desde otro punto de vista y se agradece que reconozcan a la gente que está dando el callo. Vamos a salir de esta, somos muchos enfermeros en toda España y podremos reforzar el sistema. Estoy seguro”.
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