REDACCIÓN.- El Ministerio de Sanidad acaba de publicar el informe de Gasto Sanitario Público en el que se presenta la evolución del gasto sanitario público a nivel nacional desde 2011 a 2015 y se analiza el gasto del sector por autonomías en el último año. Precisamente es en esta segunda parte del documento (artículo 2.2) donde el Ministerio habla de “Gasto en docencia MIR” y engloba a todas las profesiones salvo la de enfermería.
Así, tal y como reconoce el propio informe, dentro del apartado de “Docencia MIR” se recogen “los gastos originados por la formación de los especialistas residentes (médicos, farmacéuticos, biólogos, químicos, psicólogos) que inician la prestación de servicios en el sistema sanitario de cara a la adecuación de sus conocimientos y perfiles profesionales a las funciones asistenciales que desarrollan”.
Con este gesto, el Ministerio se olvida una vez más de la profesión más numerosa del sistema sanitario, la más cercana al paciente y la que se encuentra día a día a pie de cama con los enfermos. “Nos sorprende mucho esta ausencia, ya que la enfermería cuenta con siete especialidades reconocidas desde el año 2005, de las cuales seis ya son una realidad en el Sistema Nacional de Salud. Cada año se convocan aproximadamente 1.000 plazas lo que supone que, a día de hoy. la sanidad española tenga en sus hospitales y centros sanitarios más de 2.000 profesionales enfermeros trabajando como residentes en formación”, afirma Máximo González Jurado.
Los especialistas enfermeros son una garantía para la calidad asistencial y para la seguridad clínica de los pacientes, porque adquieren competencias y formación específica vital para poder trabajar en las áreas asistenciales más complejas en cuanto a prestación sanitaria. Y aunque la implantación de las especialidades enfermeras diste mucho de las recomendaciones sanitarias, ya que el numero de plazas que se ofertan está a años luz de las que deberían crearse para poder dar verdadera cobertura a la población, obviarlas es una falta de respeto absolutamente improcedente.
Para el Consejo General de Enfermería no vale la excusa de que los especialistas enfermeros son muchos menos comparados con los médicos, porque el resto de las profesiones sanitarias tampoco son tan numerosas en cuanto a plazas de especialistas y, sin embargo, sí se han incluido en el gasto reportado en el informe. De hecho, la falta de voluntad política de los Gobiernos de distinto signo es lo que impide que, una década después de la aprobación de las especialidades, sólo la obstétrico ginecológica –matrona- es una realidad y la formación especializada se correlaciona con el puesto a desempeñar en el sistema sanitario. Pero esa falta de desarrollo, tan lesiva para los pacientes y el sistema en sí, que lleva años denunciando la enfermería española no quiere decir que la formación especializada no exista y desde el Consejo General de Enfermería no se entiende que el ministerio ignore este capítulo en su documento salvo por que no se quiera poner en evidencia que ese gasto en formación de enfermeros especialistas no sólo no se aprovecha para una mejor atención al ciudadano, sino que no se rentabiliza ni repercute positivamente en el sistema.
Asimismo, el Ministerio ha decidido también englobar en el epígrafe “Docencia MIR” a todas las profesiones, cuando actualmente existe un sistema multidisciplinar y cada rama debería tener su propia denominación.