ALICIA ALMENDROS.- Todo el mundo conoce Marbella por ser una ciudad cosmopolita en que la conviven 137 nacionalidades. Sol, playa, compras, tradición, festivales… son sus ingredientes más reconocidos, pero Marbella también es apta para aventureros y amantes de la naturaleza. Solo hay que adentrarse en su famosa montaña “Sierra Blanca” y dejarse llevar por sus senderos.
Pico de la Concha
Es el itinerario más desconocido y sorprendente de esta zona, una ruta lineal que lleva al aventurero desde Istán al pico de la Concha que, con sus 1.215 metros, es la segunda cumbre de Sierra Blanca.
Bordea la ladera oeste tomando vaguadas y collados, hasta llegar a la arista o creta de Sierra Blanca, por la que se accede a la Concha. Se trata de una ruta de dificultad muy alta, ya que los trazados, a veces, se pierden.
Los Monjes
Esta ruta se extiende a lo largo del arroyo Calaña y el arroyo Guadalpín, hasta llegar a las históricas ruinas de Los Monjes. Consta de tan sólo cuatro kilómetros y su dificultad es media o baja, dependiendo de la altura de las aguas de los arroyos, ya que hay que cruzarlos algunas veces.
El recorrido empieza en la estación de autobuses de la Avenida del Trapiche, al norte de la ciudad de Marbella y, durante el recorrido, se puede ascender hacia la cima de un monte de 350 metros de altura, desde el que se pueden admirar las maravillosas vistas de la costa de Marbella y la costa de Puerto Banús.
Istán – Picacho
Esta ruta parte de la parte alta del pueblo de Istán -también conocido como el Manantial de la Costa del Sol- desde el cual se puede ver ya el monte Picacho, tiene dificultad media y se recorre totalmente en tres horas aproximadamente.
Aunque el camino se hace muy escarpado, el recorrido hacia la cima del Picacho ofrece unas maravillosas vistas del pueblo y de la Sierra Real. El recorrido sigue bordeando la cima de Puerto Currito y luego enfila hacia La Concha, donde hay que desviarse hacia el oeste para iniciar el descenso de vuelta hacia el pueblo de Istán. En este pueblo puede verse el trazado de las acequias construidas por los moriscos y varias fuentes realizadas bajo la estética de la cultura popular.
La gran senda
Es una ruta pionera en Andalucía al incorporar la variedad territorial y ambiental de toda una provincia. La gran senda de Málaga estimula el interés por sus espacios naturales y promueve las visitas a los municipios malagueños. El recorrido enlaza los senderos existentes en la provincia y los une con el Camino Mozárabe de Santiago, formando parte de la red nacional y europea de senderos y conectando la comarca, entre otros, con el Gran Recorrido europeo que atraviesa el arco mediterráneo finalizando en Grecia. Los amantes de los deportes extremos pueden sumar a este recorrido diferentes actividades como rafting, piragüismo, escalada o descenso de cañones.