AMAIA FERNÁNDEZ.- No hay duda de que la Región del Oriental, al este del país, es una de las zonas más espectaculares de Marruecos. Poseedora de una historia y geografía apasionantes, una riqueza humana inigualable y enormes potencialidades, esta región ha permanecido olvidada durante décadas a los ojos de los poderes públicos y las grandes estrategias de desarrollo.

Enfermeras Para el Mundo trabaja en esta zona por el derecho a la salud y a una vida sin violencia desde 2012, cuando alertada por la elevada tasa de prevalencia de la violencia contra las mujeres en todas las provincias, que Superaba la media nacional (62,8% HCP, 2011), une sus esfuerzos con los de la sección del Oriental de la Asociación Marroquí de Planificación Familiar (AMPFO) para luchar contra este problema.

Acciones

Las acciones llevadas a cabo han permitido formar en las tres provincias a 190 profesionales de enfermería y medicina para una mejor atención sanitaria a las víctimas de violencia, así como al personal del área de psicología y asistencia social en materia de apoyo psicológico y acompañamiento. Del mismo modo, se ha capacitado a casi un centenar de personas implicadas en el registro de casos y análisis de la información para un mejor dominio de estas técnicas.

Gestión

El equipo de responsables de la gestión de los centros de salud a nivel comunitario y provincial, y de centros hospitalarios de referencia (un total de 55 profesionales) también ha reforzado sus capacidades para una gestión más estratégica de las unidades de atención a las víctimas de violencia.

Las acciones de coordinación llevadas a cabo, además, han favorecido una mayor toma de conciencia en la necesidad de establecer alianzas y crear sinergias entre las instituciones públicas y las organizaciones de la sociedad civil en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y el avance por una igualdad real.  El trabajo realizado con la sociedad civil a través de acciones de información y sensibilización ha permitido que alrededor de 5.000 mujeres puedan tomar conciencia de la vulneración de sus derechos, pero también 3.000 hombres han podido acceder a informaciones, datos y reflexiones sobre un sistema que legitima la violencia y sobre la necesidad de cambiar actitudes y comportamientos contra la discriminación de las mujeres.

El proyecto se ha llevado a cabo entre 2015 y 2018 junto con la AMPFO y ha contado con apoyo económico de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Las provincias donde se ha llevado a cabo la intervención son Driouch al norte de la región, Figuig, al este y limítrofe con Argelia y Oujda-Angads, en la zona centro.

El caso de Figuig, importante oasis sahariano del Oriental, resulta especialmente significativo. La situación de las mujeres en esta provincia es la más precaria de toda la región. Los modelos tradicionales de género las han sometido a la dominación del hombre bajo un ideal de feminidad que les ha adjudicado el rol reproductivo y del cuidado, y que ha sido desplazado al ámbito doméstico. En este contexto, la mujer aparece en su rol de madre y cuidadora o bajo una imagen infantilizada que espera la protección del marido. En este marco, la violencia contra las mujeres aparece como una práctica tolerada por la sociedad y asumida por los hombres que es necesario erradicar. Por eso, proyectos como este son tan necesarios aún hoy en Marruecos.

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