ALICIA ALMENDROS.- La alimentación es uno de los factores clave en el crecimiento de los niños. Seguir una dieta saludable resulta esencial en cualquier momento de la vida, pero lo es aún más en la infancia ya que el organismo se encuentra en constante estado de desarrollo y sus necesidades energéticas y nutricionales son especialmente elevadas. Pero las nuevas tecnologías han cambiado los hábitos de los más pequeños. Tanto es así que el V Estudio CinfaSalud: Percepción y hábitos de salud de las familias españolas sobre nutrición infantil, avalado por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), muestra que siete de cada diez niños y niñas españoles —un 71%— comen al tiempo que ven la tele o manipulan una pantalla táctil o el móvil. “Con las nuevas tecnologías ha cambiado todo, los hábitos nutricionales también. Donde principalmente está el problema es en el escaso ejercicio físico que se hace en la actualidad. Antes los niños jugábamos en la calle todos los días pero ahora todo es distinto, por eso debemos promover el ejercicio físico porque la obesidad cada vez va a más y si antes tenían el problema de la viruela, ahora tenemos el de la obesidad y la desnutrición”, explica Mercedes López-Pardo, presidente de la Asociación de Enfermeras en Nutrición y Dietética.
La tendencia a la obesidad aumenta a medida que se incrementa el uso de estos dispositivos en los menores. Por eso Cristóbal Coronel, secretario y miembro del grupo de trabajo de Nutrición y Patología Gastrointestinal de la SEPEAP, advierte de que “el teléfono móvil, la televisión y cualquier tipo de pantalla táctil deben aparcarse durante la comida porque impiden disfrutar de las texturas y sabores de los alimentos. Además, no permiten la conversación familiar y anulan cualquier posibilidad por parte de los progenitores de inculcar a sus hijos hábitos saludables a la mesa, que les ayuden a prevenir el sobrepeso y la obesidad o enfermedades crónicas de base nutricional en la infancia como la diabetes o la hipertensión”.
La investigación se basa en un cuestionario online realizado a una muestra representativa de 3.000 mujeres y hombres de todas las comunidades autónomas con hijos e hijas de entre 6 y 12 años. Como explica Eduardo González Zorzano, experto en nutrición del Departamento Médico de Cinfa, “los resultados del estudio indican que los progenitores españoles deben ser más conscientes de la necesidad de que sus hijos mejoren sus hábitos nutricionales, cada vez más alejados de nuestra dieta mediterránea de siempre”. De hecho, a la enfermera le resulta curiosa la manera en que perciben los familiares el estado nutricional de sus hijos, “perciben que están menos gordos de lo que realmente están y no dan a la obesidad la importancia que verdaderamente tiene”.
A partir de los datos ofrecidos por los españoles encuestados respecto al peso y altura de sus hijos, en base a los cuales se ha calculado el IMC (índice de masa corporal) de los menores, el estudio CinfaSalud revela que la percepción de los padres y madres respecto al peso de sus hijos no se corresponde con la realidad en cuatro de cada diez casos (42,3%), y que el 13,1% no tiene conciencia del sobrepeso u obesidad reales de su niño. Según Coronel, “el desconocimiento de esta situación puede suponer un riesgo para la salud de los hijos, ya que los progenitores no toman las medidas necesarias para que recuperen su índice de masa corporal idóneo”.
De hecho, aunque perciban que su hijo no se encuentra en su peso normal, cuatro de cada diez (43,1%) padres y madres no toman medidas al respecto. En cambio, el 40,3% lo lleva al pediatra o al médico de familia, el 3,9%, a un nutricionista y uno de cada diez (12,7%) lo pone a dieta por iniciativa propia sin consultar a un profesional, una medida que, según el experto de la SEPEAP, “puede también entrañar riesgos para la salud del menor”.
Un desayuno completo
Según el estudio, los menores de nuestro país no siempre siguen hábitos nutricionales saludables en el hogar. En primer lugar, ocho de cada diez niños españoles (82,8%) no desayunan correctamente. Como explica González Zorzano, “esta primera comida proporciona al menor la energía necesaria para afrontar la primera parte de la mañana y contribuye al rendimiento escolar, por lo que debe cubrir al menos entre el 20-25% de las necesidades nutritivas de los niños. Por esta razón, es crucial que los padres y madres conozcan qué alimentos no pueden faltar en un desayuno completo y equilibrado”.
Poca fruta
Idealmente, este debe contener un lácteo, un cereal y una fruta, pero la investigación revela que solo uno de cada diez niños y niñas españoles toma fruta en el desayuno (11,7%) y que únicamente el 17,6% bebe zumo natural. “El desayuno debería de ser una de las principales comidas del día; en cambio es la asignatura pendiente de todos: grandes y pequeños. Por la mañana habría que levantarse antes y asegurarse un desayuno rico en todos los nutrientes para que estén activos todo el día. También es importante que lleven al colegio algo para tomar a media mañana como por ejemplo un plátano que tiene mucha fibra soluble y carece de grasa”, recomienda López-Pardo.
Como advierte González Zorzano, “los hábitos de los escolares españoles se alejan cada vez más de nuestra dieta mediterránea y de muchos de los alimentos que la componen, como el pescado, las frutas y las verduras, el yogur y los frutos secos. En esta dieta, están incluidos todos los grupos de alimentos en las dosis que recomienda la pirámide alimentaria, por lo que aporta la cantidad de energía y nutrientes necesarios para un correcto desarrollo físico e intelectual. En cambio, es cada vez más frecuente por parte de la población infantil el consumo de carne, dulces y cómida rápida».