GEMA ROMERO.- Tres años después de su última reunión científica, GNEAUPP ha vuelto ha celebrar su simposio nacional de úlceras por presión y heridas crónicas para presentar la nueva evidencia científica disponible. Un simposio, celebrado durante tres jornadas en Toledo, que ha mezclado la presencialidad con la posibilidad del seguimiento online y en el que se ha puesto de manifiesto que la pandemia ha afectado muy negativamente a las heridas crónicas complejas: “Hemos visto lesiones por presión de una severidad que no habíamos visto desde hace años, hemos visto lesiones en localizaciones distintas sobre todo por los decúbitos prono”, ha destacado Javier Soldevilla, director de GNEAUPP, en declaraciones a DiarioEnfermero.es
“Hemos tenido pacientes en domicilio que los cuidados los ha hecho la familia, más cercana, que aunque ha habido contactos telefónicos no es lo mismo; pacientes en residencias de mayores un poco aislados, desprotegidos con unos cuidados básicos mínimos y donde se han relajado ciertas acciones y diligencias preventivas. En los hospitales también, todo era COVID, las UCIs estaban desbordadas -detalla Soldevilla-. Hay que pensar que la prevención de las úlceras por presión necesita de un cuidado continuado, necesita de reposicionamientos, de cambios posturales, necesita de superficies especiales suficientes y cualificadas para esas posturas de esas personas tan frágiles y eso no estaba. Por eso nos hemos encontrado un escenario con lesiones que hace mucho que no se daban con esa magnitud, con esa severidad”.
Tal y como señala el director de GNEAUP, “el problema de la prevención es que cuando cesa durante unas horas, durante pocos días, se manifiesta de esa manera tan catastrófica”. Ahora toca volver al cuidado y a la prevención y pensar que “prevenir una tradicional lesión por presión es salvar la vida y yo creo que eso es algo que tenemos que revalidar y más cuando hemos visto que si se baja la guardia por cualquier circunstancia, los problemas estar ahí”.
El amplio programa para los asistentes al Simposio ha constado de 4 conferencias, 9 simposios oficiales, 7 presentaciones de documentos, 11 sesiones temáticas, 10 sesiones de comunicaciones orales, trabajos fin de Máster y trabajos fin de Grado y 16 simposios de empresas, además de un Curso intensivo Pre-Simposio, el Encuentro Internacional de investigadores y doctorandos y el 2º Encuentro Iberolatinoamericano de Facultades y Escuelas Universitarias con Programas Formativos en heridas.
Entre los temas tratados, las heridas en pediatría, la piel de mariposa, lesiones cutáneas al final de la vida, el pie diabético, las quemaduras o cómo actuar en heridas traumáticas en el ámbito laboral, entre muchos otros temas. Sin embargo, para Soldevilla, quizá la mayor novedad de todo lo que se presenta, más allá de algunos productos y materiales nuevos estriba en “los documentos que se presentan, siete en total, todos con el sello GENAUPP. Unos relacionados con el dolor en las heridas crónicas, con los antibacterianos, un nuevo modelo, un cambio de paradigma donde habla de heridas como lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia, un posicionamiento sobre tatuajes, de lo más variopinto”. Incluso se incluye una serie nueva titulada breve y sencillo “dedicada a los menos avezados para hacerles más dulce cómo hacer una valoración de una herida o cómo se realiza toda la fase de cuidados, pero de una forma breve y sencilla”, destaca.
Lesiones ocasionadas por el EPI
En el simposio también se ha puesto de manifiesto cómo los profesionales se han convertido también en pacientes por el uso prolongado de los EPIs que han provocado lesiones por fricción, por presión y también por humedad. Así, en la conferencia sobre ‘Lesiones cutáneas asociadas al uso de EPI’ de Joan Enric Torra, doctor enfermero; Justo Rueda, enfermero; Carmen Blasco, enfermera Clínica de UPP y Heridas Crónicas y Teresa Segovia enfermera exresponsable de la Unidad Multidisciplinar de Ulceras por Presión y Heridas Crónicas del Hospital Universitario ‘Puerta de Hierro’ ha dejado patente que los profesionales “hemos aprendido que somos vulnerables, no somos infalibles, por lo cual el riesgo siempre está donde está la persona y nosotros los enfermeros somos personas”, indica Justo Rueda.
“Con la utilización del EPI el problema vendrá ahora pues cuando tienes una úlcera por presión derivado de los equipos de protección, esto lleva secuelas detrás de las orejas, en el tabique nasal o bien cicatrices en la frente o en los pómulos… cuando nos quitemos las mascarillas veremos realmente las heridas de guerra”, ha señalado Rueda.
“Lo importante es que ya sabemos cómo nos afecta este problema y lo que hemos dimensionado es cuántos de nuestros compañeros en el colectivo sanitario están afectados”. Fruto de ese trabajo han elaborado un “ Documento sobre las lesiones cutáneas asociadas al uso de EPI”, que supone “poner las primeras bases para que empecemos a acordarnos de que nosotros también nos tenemos que proteger, que somos víctimas de las mismas lesiones por ficción y por humedad como las personas que son grandes dependientes y cuando acontece una pandemia tenemos que protegernos nosotros también porque si no seremos víctimas de aquello que estamos permitiendo”, concluía.
Como es costumbre en este Simposio, en el acto de clausura se realizará esta tarde con la entrega de distintos premios convocados en estos tres últimos años.