ALICIA ALMENDROS.- La pandemia retrasó el diagnóstico de muchas patologías por la saturación del sistema. Y, además, en el caso del cáncer del pulmón hay que sumarle los síntomas comunes con COVID-19. “Además de que muchas personas con posibles síntomas de cáncer de pulmón no han acudido al médico por miedo a contagio o porque pensaban que solamente tendrían COVID, ya que los síntomas son parecidos. La fatiga, la disnea, la dificultad respiratoria y la tos son algunos de los síntomas comunes de las dos patologías”, expone Pilar López, jefa de la sección de tumores de pulmón, cabeza y cuello de MD Anderson Cancer Center Madrid.
Más fumadores tras la pandemia
Esta semana se celebra la Semana Europea del Cáncer de Pulmón, que nace con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia de prevenir, detectar y actuar de forma precoz contra esta enfermedad. Se prevé que para este año se diagnostiquen más de 30.000 casos nuevos de cáncer de pulmón siendo este año el tercer tumor de mayor incidencia en mujeres según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
“Esto se debe principalmente al incremento del consumo de tabaco entre las mujeres a partir de los años 70. Pese a todo, el consumo de tabaco continúa siendo superior en hombres que, en mujeres, aunque la tendencia está en proceso de cambio”, añade López. «Pero, además de provocar un retraso en su diagnóstico, la pandemia también ha generado un aumento del riesgo de cáncer de pulmón, ya que se ha observado un incremento en el número de fumadores y en el consumo medio de tabaco por persona. De acuerdo con la encuesta OEDA-COVID 2020 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, hay un 1,2% más de nuevos fumadores desde que comenzó la pandemia. Muchas personas que habían dejado de fumar lo han retomado a causa del confinamiento y la ansiedad.», prosigue.
Prevención
Las enfermeras son la puerta de entrada al sistema y por tanto desempeñan un papel clave tanto en la prevención como en el seguimiento tras el diagnóstico.
“En caso de que existan antecedentes familiares de cáncer de pulmón se debe comentar con el médico para que valore si es necesario realizar algún tipo de screening. Y, como siempre, cuando abordamos un problema de salud, la primera recomendación es mantener unos hábitos de vida saludables. Si nos centramos en la prevención del cáncer de pulmón lo primero que se debe evitar o abandonar, según el caso, es el consumo de tabaco. No se debe consumir ningún tipo de tabaco, cigarrillos, tabaco de liar, puros, pipa, o aquellos que se venden como light o bajos en nicotina y alquitrán. También es importante evitar la exposición al humo del tabaco como fumador pasivo”, comenta Carmen Vázquez, directora de Enfermería de MD Anderson Cancer Center Madrid.
Cigarrillos electrónicos
Vázquez hace mención también al consumo de cigarrillos eléctricos y vapeadores en los que, aunque no hay datos sobre cómo afectan al cáncer de pulmón, “puede sospecharse que puede tratarse de un factor de riesgo más”.
Abandonar el hábito de tabaquismo no es fácil, “pero existen programas de ayuda para conseguirlo. En nuestro caso disponemos de un programa de este tipo liderado por el equipo de Neumología del Hospital”, añade. A nivel laboral, “cuando se trabaje con productos nocivos -amianto, níquel, alquitrán, hollín…- tienen que asegurarse de llevar los equipos de protección individual requeridos y realizar los controles médicos indicados por salud laboral”, prosigue. En lo que se refiere a los efectos de la contaminación sobre la salud, Vázquez recomienda que “ya que no se puede evitar vivir en ciudades con elevada contaminación ambiental, sí podemos utilizar mascarillas o intentar evitar en la medida de lo posible transitar por zonas urbanas con un nivel más elevado de contaminación”.
Enfermeras en el diagnóstico
Cuando ya existe un diagnóstico las enfermeras sirven de guía a los pacientes durante la cirugía, radioterapia o inmunoterapia. «Es imprescindible que el paciente conozca y sepa identificar los efectos secundarios esperables de los tratamientos y aprenda a manejarlos para evitar deterioro físico y otras complicaciones alrededor de su proceso oncológico», finaliza la directora de Enfermería.