ALICIA ALMENDROS.- Estimular los sentidos de personas con discapacidad intelectual es el objetivo de la sala Snoezelen de la Fundación Juan XXIII. Un tubo de burbujas, fibra óptica, cama de agua y mucho, mucho color son algunas de las características de este tipo de salas. “El concepto nació en Holanda a finales de los años 70 y la palabra Snoezelen significa esnifar serenidad, que es para lo que se crearon. Originalmente tenía funciones para personas con discapacidad intelectual aunque lo primero que buscaban era el disfrute y la relajación”, explica Virginia Lozano, terapeuta ocupacional del Centro de Día de la Fundación Juan XXIII. “Con el paso del tiempo se dieron cuenta que también cumplían objetivos terapéuticos y la consideraron un medio terapéutico y una herramienta más para cumplir los objetivos que se planteaban con las personas con discapacidad”, añade Lozano.

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Por sus instalaciones pasan cada día numerosos pacientes en los que se han observado cambios significativos. El concepto Snoezelen también favorece mucho la decisión del usuario. “Siempre vamos a intentar que el usuario esté motivado y haga cosas que le gusten”, explica Lozano. Durante la grabación, Canal Enfermero comprueba cómo Nachete, un niño con discapacidad, entra en la sala y se dirige a la zona donde se encuentra la fibra óptica y la cama de agua. “A Nachete le encanta”, subraya la terapeuta.

Y es que estos pacientes experimentan una mejoría evidente que se transfiere a otras áreas como la enfermería. “Desde que existe la sala hemos notado bastante mejoría en cuanto a trastornos de conducta. Los chicos están bastante más estimulados, más tranquilos… Incluso hemos detectado que existen pacientes que tienen dificultades o aversión a ir a la sala de enfermería por el tema del síndrome de la bata blanca y desde que contamos con la sala podemos “jugar” combinando escenarios, de modo que no sólo apliquemos los tratamiento en la enfermería, que quizás es un lugar más frío”, argumenta Beatriz París, enfermera del Centro de Día de la fundación.

Cambio de perspectiva

Una sala que además de mejorar la calidad de vida de los pacientes ha cambiado la forma de trabajar de los profesionales sanitarios. Las enfermeras reconoce que tras haber recibido un curso de formación de Sala Snoezelen les ha cambiado un poco a forma de actuar. “Yo, por ejemplo, no entro tanto a la sala como me gustaría porque a nivel asistencial estoy muy cargada de otras labores, sin embargo mi forma de trabajar o mi filosofía de trabajo ha cambiado. Ahora interactuamos mucho más con los pacientes porque simplemente con el acercamiento verbal o con el tacto estamos estimulando sus sentidos”, explica París. “Siempre que interaccionas con un usuario hay que esperar una respuesta y quizás eso es lo que ha cambiado nuestra forma de trabajar. Antes íbamos con más prisa y no nos dábamos cuenta de que ellos realmente necesitan un tiempo de espera para responder a las necesidades que tú les solicitas”, finaliza París.