IRENE BALLESTEROS.- Se sabe mucho sobre las medidas de prevención de infecciones en hospitales y centros sanitarios, sin embargo, hay muy poco conocimiento sobre esta prevención en instituciones más pequeñas, como es el caso de las residencias de mayores. Por ello, diferentes sociedades científicas e instituciones, entre las que se encuentra la colaboración del Consejo General de Enfermería (CGE), han elaborado una guía práctica de recomendaciones dirigidas a la prevención y control de la infección en residencias para lograr unos cuidados de calidad.
Las residencias de mayores se han concebido, de forma tradicional, como una extensión del hogar, y deben recordar lo menos posible a un entorno hospitalario o sanitario. Sin embargo, al mismo tiempo, estos centros cuentan con un alto nivel de infecciones que hay que atajar de forma decisiva. «Todos sabemos que en las residencias de mayores hay personas con muchísimas enfermedades de base, una media de siete, que reciben unos 11 medicamentos por persona cada día, y que un porcentaje significativo de estas personas no tienen un buen nivel mental. Cuentan con disfunción intelectual y todo ello predispone la transmisión de infecciones, pues son personas muy lábiles a las cuales las infecciones les llevan directamente al hospital y en muchos casos a la muerte», explica Emilio Bouza catedrático del dpto. de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del patronato de la Fundación Ciencias de la Salud.
Principales infecciones

Imagen: COENV
Lo cierto es que, en materia de infecciones en el ámbito hospitalario hay mucha evidencia científica, mientras que en el caso de las residencias todavía queda un largo camino para evitar de forma real las infecciones que afecta a este grupo de la población. «Cuando nos pusimos a buscar la información que había sobre cómo prevenir la infección en este grupo específico de personas, no había ninguna literatura que orientase a las residencias. Lo que hemos hecho con la ayuda de ocho sociedades científicas es plantearnos una serie de ítems muy elementales que permitan establecer un programa de control de infección en las residencias de mayores de cualquier tamaño, circunstancia y característica», sigue el miembro del patronato.
La guía presenta también las principales infecciones que se encuentran en estos centros. Infecciones, que con un plan bien establecido podrían ser evitables. «Las infecciones más importantes en las residencias de mayores son las urinarias, de piel y partes blandas, infecciones respiratorias, gripe y COVID-19 o neumonías bacterianas. La parte más importante de esto es que una parte sustancial de estas infecciones se pueden evitar, pero con un plan que tenga unos mínimos, que esté escrito, que tenga una figura responsable y que tenga escritas recomendaciones de los problemas más importantes, por ejemplo, las sondas, cómo seguir el proceso de vacunación, el cuidado de las infecciones en la piel…», explica Bouza.
Prevención de infecciones sociosanitarias en residencias
El documento presenta 13 sugerencias que ayudan a los diferentes profesionales sanitarios a establecer programas de control en las residencias de mayores, donde el papel y la figura de las enfermeras cobra protagonismo.
«El papel de las enfermeras en residencias es básico, fundamental y nuclear, porque para todo el proceso de cuidados sanitarios de las personas que viven en residencias, que no es poco, la enfermera es la figura que debe ejercer el papel de seguimiento, detección y actualización de todo ese tratamiento. La enfermera es una figura clave para liderar los equipos de trabajo en estos centros. La enfermera es una figura clave para poder hacer todo el continuo asistencial en personas que son muy complejas y que cuentan con mucha carga de enfermedad crónica, y que van sufriendo muchos procesos de agudización intercurrentes. La enfermera es una figura clave para hacer comunicación con otros equipos sanitarios de fuera de las residencias de mayores y que es muy importante para garantizar la calidad asistencial y también para hacer comunicación con la familia, porque muchos residentes no tienen esa capacidad para poderse expresar y es importante que la familia se implique en el cuidado», cuenta José Augusto García Navarro, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
El hecho de poder ofrecer esta guía además favorece la investigación, ya que gracias a estas recomendaciones «hace que desde los centros, todas las enfermeras, contando mucho con las especialistas en geriatría, en un futuro podamos seguir avanzando para conseguir los mayores cuidados de calidad en este sentido. Es fundamental poder tener documentos que nos ayuden a generar evidencias y en este ámbito muchísimo más», expone Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera del Consejo General de Enfermería.

Presentación de la guía en la Casa de América (Madrid)
Enfermería especialista en Geriatría
En el cuidado de las residencias, las enfermeras cuentan con una especialización determinada, que las convierte en las profesionales idóneas para poner en práctica unos cuidados de calidad. Aportan valor y ponen en marcha las sugerencias y recomendaciones para lograr reducir el número de infecciones en estos centros. «La enfermera especialista en Geriatría añade un plus, como todas las especializaciones en la enfermería, y es una figura muy importante porque es capaz de tener un mayor conocimiento en todos los síndromes geriátricos, no solo en la infección en el anciano como estamos hablando en la presentación de la guía, sino todos los síndromes, desnutrición, caídas, alteración del sueño, deterioro cognitivo… donde se requieren de habilidades de comunicación muy importantes. Aquí ellas son la figura capacitada para liderar los equipos desde una óptica de mucho mayor conocimiento», sigue García Navarro.
Futuro
Con el lanzamiento de la guía, el siguiente paso es enviarla a todas las residencias de mayores existentes en España, para que pongan en marcha e implanten todas estas recomendaciones en el tratamiento de la infección. «Vamos a tratar de enviar esta guía a todas las residencias de mayores que conocemos en España, para que les sea útil y la pongan en práctica. También la enviaremos a las autoridades sanitarias, ya que creemos que, de alguna forma, ahí termina la función de las sociedades científicas y una fundación como la nuestra. En este sentido, la sociedad civil ya ha hecho el primer paso y ya le corresponden los siguientes a los demás», concluye Bouza.