ALICIA ALMENDROS.- Una guitarra, un maletín repleto de globos y mucho humor acompañan a Pepinillo y a Rena en cada visita al Hospital Universitario de Getafe. Aliviar el estrés del entorno hospitalario es el objetivo de estos payasos que hacen de la sonrisa la mejor medicina.
“Es una iniciativa que me gusta, nos levanta el espíritu porque si perdemos el humor aquí estamos perdido”, explica José uno de los pacientes. Aunque lleva poco tiempo en funcionamiento, la acogida ha sido muy buena. “Son pacientes que pasan muchas horas en el hospital. Aunque hay veces que sí, por lo general no suelen estar ingresados. Creemos que cualquier cosa que se haga por mejorar y ponerle una chispita de humor durante un rato es bien acogido por parte de los pacientes y por parte de todo el mundo”, afirma Javier Rubíes, supervisor de la Unidad de Diálisis del Hospital Universitario de Getafe.
Y es que, lo habitualmente suele ser una actividad para niños puede aliviar también el dolor de adultos en edad avanzada, con enfermedades crónicas o que pasan largas estancias en el hospital. “Al principio cuando te hablan de cosas innovadoras como estas, sobre todo en adultos, porque estamos más acostumbrados a verlo en hospitales infantiles, eres un poco reticente y no sabes cómo va a salir”, María José González, supervisora de la Unidad de Neurocirugía y Cirugía Vascular.
FASE PILOTO
El programa, puesto en marcha por la Asociación PayasoSalud e impulsado por la dirección de enfermería y el servicio de Atención al Paciente del Hospital de Getafe, ayuda en el proceso de recuperación del paciente a través de técnicas profesionales de clown y humor. “Las visitas las hacemos en un espacio muy cortito de tiempo, con una supervisión médica. Tenemos una reunión antes de entrar a ver al paciente con la enfermería de modo que nos informan del estado en el que está el paciente, qué podamos conseguir con él… Nuestro objetivo además de hacerles sonreír es conseguir desbloquear cualquier situación que pueda ayudar en su proceso terapéutico”, argumenta Luis Pradillos, director de PayasoSalud y payaso de hospital desde hace muchos años.
El programa de intervención social ha contado con una fase piloto, en la que se ha trabajado para consolidar el proyecto e integrarlo en las actividades de los servicios y unidades. Tras ella, se ha realizado una encuesta de satisfacción para conocer la opinión de familiares y paciente y el 85% de los encuestados cree que el trabajo de los payasos es beneficioso para la calidad de vida de las personas que visitan o trabajan en el hospital. “Llevo muchos años haciéndolo con niños y poco a poco vimos la necesidad que tenían los adultos de llevar la terapia de la risa en la situación que viven aquí dentro”, comenta Pradillos.
ENFERMERÍA
Antes de cada actividad se lleva a cabo una reunión con los responsables de enfermería del servicio, en la que se planifica la actuación y se seleccionan los pacientes más idóneos en función de su proceso clínico, historia personal y estado de ánimo. Estas actividades son supervisadas, además, por los psicólogos de la Asociación, de manera que favorezcan la evolución del estado psíquico de los pacientes así como su recuperación.
“El papel de la enfermería es fundamental y esto no funcionaría si las enfermeras de las unidades que son visitadas no están concienciadas de que sea bueno para el enfermo. Ellas son las primeras colaboradoras desde que vienen hasta que se van de que la actuación. Son imprescindibles y además colaboran todas”, argumenta González. “La visita de los payasos me parece genial, nos distrae mucho… Yo he venido malísima y me voy más animada”, afirma Juana, una de las pacientes.
Los payasos llevan a cabo una actividad a la semana, en horario de mañana, que consiste en la visita de los enfermos de una unidad de hospitalización o servicio en los que se desarrollan escenas y número de clown con improvisaciones teatrales, humor, magia, música, globofexia, entre otros. “Nosotros durante la semana tanteamos a ver qué pacientes son los candidatos, les pedimos permiso a aquellos que creemos que les va a venir bien y los metemos en el grupo de trabajo; de modo que cuando llegan los payasos saben a qué enfermos tienen que pasar y a cuáles no… Además, ellos recogen enfermos, incluso algunos pacientes les piden que pasen a visitarlos”, continúa González.
Sin duda, un momento especial en el que enfrentarse a la enfermedad con una sonrisa.