ALICIA ALMENDROS.- Cuando el primer caso de COVID-19 aparece en Wuhan (China) en diciembre de 2019, en España se veía como algo lejano. Por aquel entonces la cosa no iba con nosotros. Celebramos el fin de 2019 y dimos la bienvenida al año 2020 sin saber que en tres meses España sería Wuhan y nosotros los miles de chinos que estaban confinados en sus casas. Hasta ese momento el SUMMA 112 -Servicio de Urgencias Médicas de Madrid- recibía en su centro de coordinación las llamadas habituales: un posible caso de ictus, un accidente de tráfico en plena M30, un parto urgente… y prestaba asistencia allí donde lo solicitaban. La cosa cambia los primeros días de marzo. El volumen de trabajo se dispara y todo salta por los aires. “Tuvimos que reestructurar todo el centro coordinador y una de las primeras medidas que se tomaron fue separar las líneas de teléfono”, explica César Cardenete, subdirector de enfermería del SUMMA 112. Y es que las llamadas habituales se duplicaban a medida que pasaban los días saturando la asistencia telefónica de este organismo. “Fue un antes y después para nosotros. Marzo nos ponía un reto por delante para reordenar la actividad asistencial y hacer un despliegue para dar respuesta a la pandemia que se cernía sobre nosotros”, añade José Luis Pérez, director de Enfermería del SUMMA 112.
Una de las primeras medidas que se tomaron fue separar las líneas de teléfono. “Teníamos que dar asistencia a todo lo relacionado con COVID-19 pero también seguir ahí para aquellos posibles ictus, infartos, accidentes… Recordemos que la vida sigue y tenemos que dar respuesta a las llamadas relacionadas con emergencias”, aclara Cardenete. “Se activó el 900 102 112 para todo lo relacionado con coronavirus: información, consultas, valoración por personal sanitario… y dejamos libre la línea del 061. Esto nos obligó a separar los centros coordinadores y contratar más personal de enfermería”, añade.
Espacios
En las instalaciones de este organismo se ha aprovechado hasta el último espacio libre. “El centro de coordinación de llamadas estaba en la tercera planta del edificio y debido a las medidas de higiene y salud tuvimos que separarnos un poco. Esto nos obligó a desdoblar todo a la segunda planta del edificio que estaba destinada a la formación”, resalta el subdirector de enfermería. Ahora, lo que eran aulas de formación, salas de juntas y espacios de reuniones está repleto de mesas -con un metro o más de distancia entre ellas- con enfermeros y enfermeras que prestan asistencia telefónica a todo el que llama. En estos espacios un ordenador, el teléfono y su formación en enfermería son sus armas para luchar contra el COVID-19. “Montamos todo esto con la ayuda del departamento de informática en tiempo récord. Ahora, la zona de formación se ha convertido en otro centro coordinador”, comenta el subdirector.
Todo este despliegue tiene un único fin: dar respuesta a todas las llamadas. “Esto tiene un impacto fundamental en las enfermeras. Son las que dan una respuesta eficaz en la situación en la que estamos. La actividad urgente y emergente sigue y hemos sabido dar respuesta. Todos los días estamos con números nuevos encima de la mesa y un escenario tan cambiante que hace que tomemos decisiones de una forma rápida y flexible. A veces estas decisiones no son muy entendidas porque no da tiempo a explicarlas, pero creo que todo el mundo entiende que ante esta situación hay que dar un paso al frente y tomar decisiones concretas”, apunta el director de enfermería del SUMMA 112.
La contratación de personal fue el siguiente paso. Al duplicar el centro coordinador necesitaban más enfermeras que ocupasen los puestos telefónicos. “Hemos llegad a contratar a 31 personas exactamente. Y a medida que la situación ha ido creciendo hemos tenido que tirar de otras entidades colaboradoras como por ejemplo de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Al cerrar los colegios, la consejería nos cedió sus enfermeros escolares. Y, además, Cruz Roja Española, a los que damos las gracias, tienen un convenio de colaboración con nosotros y nos han cedido a algunos compañeros que se unieron. Esto junto con la reestructuración de Atención Primaria y de los SUAP (Servicios de Urgencia de Atención Primaria) nos ha permitido reforzar en ciertas horas con más personal”, expone Cardenete. Y es que entre el 9 y el 31 de marzo se alcanzaron las 86.000 llamadas en los centros coordinadores, “75.000 relacionadas con tema COVID”, especifica. Ahora, el mes de abril parece que la cosa ha bajado un poco. Por tanto, el papel de las enfermeras está siendo clave, “sin ellas esto no hubiera salido. El mayor número de llamadas lo soporta la enfermería”, aclara.
Roberto Gómez hasta el inicio de esta pandemia trabajaba como enfermero escolar en un colegio de Madrid. Desde entonces su asistencia ha dado un giro de 180 grados. “Cuando terminamos el colegio la directora nos mandó un mail para decirnos que nos reubicaban en servicios diferentes del sistema sanitarios. En mi caso, me mandaron a prestar asistencia telefónica en el SUMMA”, explica Gómez. Desde entonces atiende a los pacientes por teléfono, “recibimos llamadas del Covid. Hay mucha gente que llama porque quiere información o porque tiene sintomatología y necesita saber cómo actuar. Ahora está la cosa más tranquila, pero la primera semana había mucha carga asistencial. También es cierto que cada día vamos mejorando y tenemos más práctica”, añade. Tanto para el como para el resto de sus compañeros, enfermeros escolares, adaptarse no ha sido del todo fácil: “Siempre que empiezas un nuevo servicio es bastante complicado y aquí también, sobre todo en lo que se refiere a la carga asistencial. Pero desde el SUMMA 112 nos han ayudado y estamos muy agradecidos”.
“La mayoría de las personas que llaman tienen síntomas leves, pero es la angustia lo que les hace llamar. En condiciones normales se tomarían un paracetamol, y en estas condiciones lo que quieren conocer la mayoría es si les van a hacer la prueba”, comenta Natalia Honrado, enfermera del SUMMA 112 en el centro de coordinación.
Cuando las llamadas son más graves se activa el siguiente paso: ponerles en contacto con el personal médico. “En un primer momento intentamos dar asistencia telefónica respondiendo a sus preguntas y si vemos que los síntomas son más graves se les pasa con un médico o les mandamos un recurso domiciliario para que le preste asistencia”, comenta Honrado. En definitiva, se intenta conseguir que el paciente resuelva sus problemas sin salir de casa para evitar así descolapsar el sistema sanitario.
Aunque los datos bajen y la cosa se calme, Cardenete expone que “dentro de nuestras posibilidades vamos a seguir manteniendo la estructura. Entiendo que Cruz Roja y la Consejería de Educación reclamará en algún momento a su personal, pero de momento no vamos a desmontar ninguna estructura por si hubiera una segunda oleada no tener que empezar de cero. Por seguridad y respuesta nos interesa seguir manteniéndolo”. Y es que teniendo en cuenta la fase de transmisión comunitaria en la que nos encontramos, “da igual que hayas estado en contacto con otras personas que lo hayan tenido que no, de momento no se hacen pruebas a la población general, sólo a nivel hospitalario. Por tanto, intentamos calmarles porque están muy angustiados”, añade.
Pero la asistencia telefónica va más allá. “Tenemos tres líneas de entrada de llamadas. Mantenemos tanto el 112 como el 061 para todo lo relacionado con la emergencia; por otro lo relacionado con el COVID que es donde se deriva todo lo relacionado con el 900 102 112 y una tercera, que sería interna, que se ha montado para coordinar los traslados entre hospitales. Aquí recibimos las llamadas relacionadas con pacientes COVID que debemos trasladar entre centros. Puede ser por reubicación de paciente crítico para no colapsar o los pacientes que tuvimos que sacar de residencias para trasladar a hospitales o a Ifema, por ejemplo. Esta línea también la coordinan las enfermeras”, explica Cardenete.
“Dentro del centro coordinador estamos en una especie de apartado formado por dos locutores, dos operadores, dos enfermeros, un médico y una coordinadora general. Nosotros nos dedicamos exclusivamente a los traslados interhospitalarios. Hacemos traslados de pacientes entre hospitales, de hospital a Ifema, de residencia a Ifema, de residencia a otros hospitales, de públicos a privados… Tenemos diversos tipos de traslados”, especifica Begoña del Castillo, enfermera coordinadora de esta línea del SUMMA 112.
En esta zona deben tener todo medido, no se admiten errores. “Debemos reordenar todo en el tiempo correcto. Intentamos hacer los hospitales que están más lejos a primera hora de la mañana para que a las ocho de la tarde tener todos los hospitales coordinados. La enfermería tenemos un papel muy importante porque no solo estamos a nivel organizativo, debemos constatar cómo viene el paciente o qué soporte lleva para hacer el traslado lo más seguro posible de cada a los compañeros que están en la calle. Es cierto que las cosas están cada vez más claras y parece que las urgencias y los hospitales están más liberados. Eso también nos facilita la tarea de reorganizar… Además, tenemos muchos dispositivos a nuestro cargo y muchas facilidades: nuestras unidades, Lara, la EMT… la verdad que tenemos recursos”, comenta Del Castillo. “Tenemos pico de estrés porque nos llega un volumen de pacientes, de transporte colectivo… y hay que hacerlos todos a la vez. Cada persona tiene unas necesidades distintas y todo esto necesitamos sacarlo lo más inmediato imposible para que no se demore y no repercuta después en la salud del paciente”, añade.
Están siendo días agotadores pero el ánimo y la sonrisa no la pierden. “De esto me quedo con haber vivido algo único en la historia de España. Vamos a cumplir con la historia”, finaliza la coordinadora.
El director de enfermería de SUMMA 112 quiere agradecer a todo la organización y equipo “su respuesta y compromiso. Han sido capaces de darle la vuelta a la situación como un ‘calcetín’. Este tipo de situaciones saca lo mejor y lo peor de nosotros mismos, y yo me quedo con lo mejor. Nos aúnan muchos valores, y nos hacen más fuertes y esto es lo que está debajo de la frase de que todo va a salir bien. Y va a salir bien por las personas que conforman el sistema”, sostiene.
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