EUROPA PRESS.- Un estudio encargado por la Federació Catalana d’Entitats Contra el Càncer (Fecec), que ha entrevistado a cerca de 70 mujeres catalanas que han sobrevivido al cáncer de mama, alerta de las dificultades que atraviesan a la hora de reincorporarse al mercado laboral una vez ha concluido el tratamiento.
En declaraciones a Europa Press, Oriol Ramis, principal autor del trabajo, ha apuntado a los obstáculos de las pequeñas empresas para reubicar a las afectadas con secuelas, que pueden acabar en despido; a la falta de flexibilidad para incorporarse de forma progresiva, y a la «intromisión» que supone la decisión del Institut Català d’Avaluacions Mèdiques (Icam) de conceder la invalidez o dar el alta.
El trabajo ‘Estudio para la mejora de la integración y la reincorporación laboral de las mujeres que han sufrido cáncer de mama’ ha sido impulsado después de que las entidades hayan detectado un aumento de supervivientes en edad laboral atendidas debido a la situación de «desamparo» que viven tras curarse.
«Durante el tratamiento hay una situación de dependencia del sistema sanitario muy intensa, donde todo está muy pautado –visitas, pruebas quimioterapia–, pero cuando terminas entras en una fase de decir: Y, ahora, ¿qué hago?», ha expuesto el investigador al señalar la falta de alternativas y orientación.
56.744 supervivientes en Cataluña
Ha cifrado en 56.744 las mujeres que han superado esta enfermedad después de seis meses del diagnóstico, según datos de 2014, un 45% de las cuales –25.797– son menores de 64 años y, de éstas, 6.551 afectadas –un 11%– tienen menos de 50 años, por lo que «les queda una vida laboral activa», ha indicado Ramis.
El estudio ha localizado varios patrones para afrontar el regreso al trabajo: hay una parte que quiere jubilarse; otro grupo que se reincorpora como si no hubiera pasado nada; personas que viven la vuelta al trabajo con angustia, y quien ve las secuelas como una oportunidad para buscar un empleo adaptado a su situación.
Según Ramis, la operación puede dejar como secuela dolor e hinchazón en el brazo –linfedema– que dificulta el trabajo con las manos, y algunos tratamientos pueden causar problemas de sensibilidad en manos y pies, además de la pérdida de capacidad de concentración, que afecta al 80% de las mujeres, de las que un 20% no se recupera.
Recomendaciones a bancos y empresas
La Fecec ha lanzado algunas recomendaciones para mejorar la situación de este colectivo, como una legislación que favorezca su incorporación al trabajo de forma progresiva, y aumentar la información a las empresas, especialmente a las pequeñas porque «tienen muy poca capacidad de entender el proceso y planificarlo», y a las entidades bancarias.
«Por haber sido diagnosticadas se las excluye de las pólizas de crédito y deben cerrar el negocio cuando justamente podían volver a trabajar», ha explicado Ramis al referirse a las mujeres que regentan negocios.