D. RUIPÉREZ.- Pese a su uso como sustancia de abusos, determinados alucinógenos despiertan de nuevo el interés de la comunidad científica como potenciales tratamientos para como la ansiedad, el desorden de estrés postraumático u otras adicciones.

Así se desprende de un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica de Canadá que plantea si se están abriendo puertas una nueva clase de terapias mediante el uso controlado de drogas como el LDS, la psilobicina de las “setas alucinógenas”, la dimentiltriptamina (DMT), la mescalina o la metilendioximetanfetamina (MDMA).

Aunque son estudios con muestras muy bajas, un pequeño estudio mostró que la psicoterapia asistida con LSD puede reducir la ansiedad en enfermeros terminales. Otro estudio similar, una molécula activa de las “hongos mágicos” o “setas alucinógenas” fue empleado como parte de una terapia de deshabituación del alcohol con un éxito en lo referente al número de días sin probar la bebida. Por otra parte, otra investigación con el uso de MDMA mostró una reducción en los síntomas del síndrome del estrés postraumático en personas con un tratamiento crónico y resistente a las terapias actuales.

Beneficiarios

“La investigación en el campo de las drogas alucinógenas puede dar lugar a nuevas vías para el tratamiento de enfermedades mentales y adicciones que ahora no se benefician de los tratamientos disponibles actualmente”, escriben los autores del estudio, liderados por Evan Wood, profesor de Medicina en la Universidad de British Columbia (Canadá).

En los años 50 y 60, con el apogeo de estas drogas, se llevaron a cabo algunos estudios que ahora servirán para replantearse dilemas éticos y procedimientos para poner en marcha nuevos estudios en nuestros días.

Los autores aseguran que siguiendo los estándares actuales en investigación clínica se podrá llegar a nuevos potenciales tratamientos.