RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Teresa Tolosana es la nueva presidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza. Llegaba al cargo tras las elecciones celebradas hace poco más de un mes y medio. Unas elecciones marcadas por una elevada participación, la más alta en años y eso a pesar de las especiales circunstancias de este año debido al Covid-19. Esta enfermera, titulada por la Universidad de Zaragoza y diplomada en Sanidad por la Escuela Nacional de Sanidad, Instituto Carlos III, es enfermera del Centro de Salud del Arrabal y a lo largo de su trayectoria profesional ha tenido la ocasión de combinar su labor asistencial con la de gestión.

Tolosana ha acudido al Consejo General de Enfermería para recibir, de manos del presidente, Florentino Pérez Raya, las credenciales de su nuevo cargo. Durante el encuentro han podido hablar de la situación actual de la profesión y de sus retos al frente de la entidad colegial.

No colaborar, liderar

En palabras a Diario Enfermero, la presidenta explicaba que entre sus objetivos se encuentran el de “revisar los estatutos, ya un poco antiguos, de 2004, que en aquel momento reflejaban una realidad de la profesión que a nivel interno ha cambiado mucho, no ya sólo por los años sino por la situación que estamos viviendo ahora”.

Con vistas afuera, añadía, “queremos dar protagonismo y visibilidad a la enfermería” y para ello, entre otras cosas, defiende que “cuando se haga planificación en salud en este país, no es que se tenga que contar con las enfermeras, es que tenemos que estar allí. Hay una parte de la salud que es el tema de los cuidados en el que, yo estoy convencida, la enfermera no tiene que ser colaboradora tiene que liderar”. Cuidados, ha asegurado, que se extienden a todas las etapas de la vida, desde la infancia a la edad adulta, con especial relevancia en la atención a la mujer embarazada y, por supuesto, al anciano.

Además, se ha referido a las asignaturas pendientes de la profesión y que la pandemia ha hecho más visibles como la falta de personal o la necesidad de especialización.

Agotamiento y tristeza

En cuanto a la situación que atraviesan las enfermeras en general y en Zaragoza en particular ha reconocido que: “las enfermeras están muy agotadas, cansadas y tristes”. Y reconoce también una cierta “tensión e irascibilidad” ya que la población, asegura, “en marzo nos apoyaba mucho y ahora no es que no nos apoye, pero está también viviendo momentos muy duros y nosotras  podemos llegar hasta donde llegamos”. Una situación que puede generar fricciones y que asegura entender perfectamente. Eso sí, si algo tiene claro es que “decir que los enfermeros lo están dando todo es poco. Me siento realmente orgullosa de mi profesión y de mis compañeras”.