La enfermería basada en la evidencia tiene beneficios directos en los pacientes, pero también en las propias enfermeras. Su uso, sin duda, ayuda a obtener mejores resultados en salud, proporciona cuidados de mayor calidad y promueve la seguridad del paciente. Con su aplicación se reduce también el gasto sanitario, pues la toma de decisiones clínicas es fundamentada, y por lo tanto, más eficiente. Todas las enfermeras tienen claro que el uso de la evidencia científica es trascendental para ofrecer una buena atención sanitaria, sin embargo, muchas de ellas encuentran grandes dificultades en su uso diario.
“Implementación de Enfermería Basada en la Evidencia (EBE) en Atención Primaria” es un estudio desarrollado por diferentes investigadoras del Servicio Murciano de Salud, que precisamente pretende conocer el uso diario, la actitud frente a la EBE y las habilidades y conocimientos de las enfermeras a la hora de aplicarla en diferentes centros de salud de la Región de Murcia, además de los factores autopercibidos que dificultan su implementación. La investigación es transversal, descriptiva y multicéntrica, y ha contado con la participación de 65 enfermeras, de las cuales, casi el 51% ha recibido formación específica en EBE. El estudio se centra además en la Atención Primaria, por ser el nivel asistencial de primer contacto de los pacientes, y por ser referente en promoción de la salud, educación y prevención de la enfermedad.
Las enfermeras, en líneas generales, perciben la EBE de forma favorable, destacando determinadas ventajas como la reducción de la variabilidad clínica y el empoderamiento de la profesión. No obstante, su implementación, tal y como indican las autoras de este estudio, sigue siendo lenta, y muchas de ellas perciben barreras para conseguirlo.
La falta de tiempo, de habilidades o de autoridad suficiente para cambiar protocolos, así como el predominio del criterio de la experiencia o la tradición entre los compañeros han sido los principales obstáculos que han encontrado las participantes de este estudio para implementar la EBE en su práctica clínica.
Cultura organizacional
Las investigadoras han analizado otros estudios similares al planteado, y tanto a nivel nacional como internacional, aseguran que, a pesar de la positividad de las enfermeras en la aplicación de la EBE, “los conocimientos y la aplicación en el trabajo diario son relativamente bajos, y gran parte de ellas no se sienten competentes para aplicarla”, afirman en el estudio. Este hándicap con el que se encuentran las enfermeras solo es posible de superar con la implantación de una buena cultura organizacional. “Los expertos señalan que las estrategias más importantes son la presencia de una óptima cultura organizacional y actitud de los directivos, la motivación personal, disponer de tiempo suficiente y la formación de las enfermeras”, siguen las autoras.
Factores limitantes
Tras la codificación de datos, las investigadoras han realizado un análisis descriptivo para evidenciar cuáles son los factores limitantes que dificultan la implementación de la evidencia científica y cuáles son las medidas que proponen las propias enfermeras para derribar estas barreras.
Las condiciones laborales es el factor más reiterado por las participantes. La falta de tiempo, la sobrecarga asistencial, el burnout, la inestabilidad laboral y la falta de recursos económicos hace que las enfermeras no desarrollen la evidencia científica. La formación es otro factor determinante en este sentido. Algunos de los participantes aluden a la falta de consenso en protocolos en este sentido, y otros, la dificultad que encuentran para aplicar la teoría en la práctica clínica. Gestión, implicación y una nueva oferta de formación son las principales medidas que demandan los encuestados para poner solución a esta problemática.
Conclusiones
Tal y como indican los principales resultados del estudio, las enfermeras participantes en esta investigación mostraban una actitud favorable frente a la EBE, pero el uso diario y las habilidades y conocimientos en torno a ella son moderados.
Son diversas las barreras que perciben en relación con este tema, reiterándose la falta de formación, de tiempo y de interés por parte de los profesionales y algunas medidas que sugieren para paliarlo son: formación, contratación de personal, la reducción de cupos y el fomento del trabajo en equipo. Con respecto al resto de variables, “la formación en EBE y la especialización de enfermería se relacionan con un mayor nivel de habilidades y conocimientos en EBE”, aseguran en el estudio. Por último, las autoras determinan que hay que destacar la necesidad de realizar estudios de mayor impacto para poder evaluar adecuadamente el estado actual y las necesidades y, así, implementar estrategias que favorezcan un cambio en Atención Primaria en términos de una práctica enfermera fundamentada en la última evidencia.
Desde el 2004, España cuenta con un Centro español para los Cuidados de Salud Basados en la Evidencia (CECBE). Se trata de un organismo constituido por el Instituto de Salud Carlos III y las diferentes comunidades autónomas representadas a través de un Comité Científico y un Comité de Seguimiento y se encuentra ubicado en la Unidad de Investigación en Cuidados de Salud (Investén-Isciii). Un claro ejemplo de la importancia de invertir en la formación de los cuidados basados en la evidencia para que su implementación llegue a convertirse en una realidad.