RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- En un nuevo programa de «Cuídate con tu enfermera» se trata un tema de vital importancia: la tosferina. Una infección bacteriana del tracto respiratorio de cuya detección y tratamiento nos habla Silvia Domínguez, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería.
Síntomas
La tosferina comienza con una fase catarral, similar a otras infecciones respiratorias leves, caracterizada por una tos irritativa. Sin embargo, en una a dos semanas, progresa hacia una fase paroxística, con ataques intermitentes de tos violenta e incontrolable, causando agotamiento y dolor. Esta tos, advierte, “puede prolongarse durante semanas, incluso meses, y puede ir acompañada de vómitos debido a su intensidad”.
La identificación de la tosferina puede ser especialmente crucial en los niños, ya que los episodios de apnea (pausas en la respiración) podrían indicar la presencia de la enfermedad, explica Domínguez.
Brotes
En cuanto a los brotes, apunta, “se considera un brote cuando se detectan dos o más casos relacionados por lo que es esencial establecer medidas de control y evaluar el riesgo individual de contacto ante situaciones de este tipo”.
Colectivos vulnerables
Aunque la tosferina puede afectar a toda la población, los niños menores de un año son especialmente vulnerables y corren un mayor riesgo de complicaciones. Durante el embarazo, especialmente en las últimas tres semanas, existe además un riesgo de transmisión al recién nacido, por lo que se deben extremar las precauciones en esta etapa.
Contagio
En cuanto a la transmisión de la tosferina, apunta Domínguez, se produce por contacto directo con secreciones respiratorias o a través de gotitas de saliva, y es altamente contagiosa, especialmente en las etapas tempranas de la enfermedad. Además, apunta, “aunque se inicie un tratamiento con antibióticos, el riesgo de contagio persiste durante los primeros cinco días”.
Prevención
La prevención es fundamental y la vacunación, subraya esta experta, es la mejor medida. “El calendario de vacunación infantil recomienda tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina a los 2, 4 y 11 meses, con un refuerzo a los 6 años. Mientras que en la edad adulta se recomienda la vacunación para embarazadas, así como para personas con ciertas condiciones de salud específicas”.
De otro lado, los profesionales de la salud que trabajan en áreas de obstetricia, neonatología o urgencias deben asegurarse de estar vacunados contra la tosferina para protegerse tanto a ellos mismos como a sus pacientes.
Por todo ello, concluye, la tosferina es una enfermedad que requiere de la atención y prevención adecuadas. “Consultar con un profesional de enfermería y mantenerse al día con las recomendaciones de vacunación es fundamental para proteger la salud tanto individual como colectiva”.